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La influencia de Rusia en África

© YIN Renlong / La Civiltà Cattolica

El 2 de marzo de 2022, la Asamblea General de la ONU propuso una resolución en la que se pedía a Rusia el cese inmediato del uso de la fuerza contra Ucrania. 141 Estados miembros aprobaron la resolución, mientras que cinco se opusieron y 35 se abstuvieron, entre ellos 25 países africanos. En concreto, Etiopía, Guinea, Guinea-Bissau, Burkina Faso, Togo, Camerún, Sudáfrica y Marruecos decidieron no participar en la votación. Por otro lado, Argelia, Uganda, Burundi, República Centroafricana, Malí, Senegal, Guinea Ecuatorial, República del Congo (Congo-Brazzaville), Sudán, Sudán del Sur, Madagascar, Mozambique, Angola, Namibia, Zimbabue y Sudáfrica se abstuvieron. Eritrea fue el único país africano que votó en contra de esta resolución.

Para entender la postura de estos países ante el conflicto ruso-ucraniano, es necesario conocer los lazos que, a través de una serie de acuerdos comerciales y de seguridad, Rusia ha establecido en el continente africano en los últimos años. Pero la presencia de Rusia en África viene de lejos, aunque en menor medida.

Aspectos económicos y comerciales y fortalecimiento de las relaciones diplomáticas

Un caso ejemplar del tipo de relación multifacética que Rusia ha mantenido durante mucho tiempo con África fue la presencia de la URSS en Argelia desde 1962: una asociación basada en fuertes lazos con las élites argelinas, que continuó después de 1991[1].

Cabe recordar que, entre finales de los años 50 y la perestroika, la Unión Soviética había invertido importantes recursos en Argelia, Libia, Angola, Namibia y Guinea. Sin embargo, no fue hasta 2001 que se hizo patente el primer signo de interés tangible de la Rusia postsoviética por África[2]. Se puede entender, por tanto, que Argelia se encuentre entre los países africanos que se abstuvieron en la votación del 2 de marzo. Durante una visita al país norteafricano en marzo de 2006, Vladimir Putin propuso cancelar la deuda de Argelia con Rusia, que asciende a unos 4.700 millones de dólares. En los años siguientes, los dos países firmaron importantes acuerdos económicos, como el de Gazprom y Sonatrach sobre el gas.

Posteriormente, el presidente ruso Dmitry Medvedev, durante su presidencia de 2008 a 2012, realizó un largo viaje a África, que le llevó a Namibia y Angola en particular, siguiendo la política de Putin. Este periodo marcó el inicio de la institucionalización de la política africana de Rusia, con el nombramiento de un representante especial para la cooperación con África, Mikhail Margelov, en marzo de 2011.

Cuando Putin volvió a ser presidente en mayo de 2012, Rusia relanzó sus relaciones con África para ampliar sus intereses. En marzo de 2016, el rey de Marruecos Mohamed VI viajó al Kremlin, donde fue recibido por Putin, 14 años después de su primera visita a Moscú y 50 años después de la de su padre Hassan II a la URSS. La reunión se centró en el desarrollo de la cooperación económica, pero también se abordaron cuestiones políticas importantes y delicadas. A lo largo de los años, el volumen del comercio bilateral entre Rusia y Marruecos ha crecido, y en 2018 alcanzó el valor de 1.470 millones de dólares[3].

Rusia también está interesada en los diamantes africanos. De ahí el acuerdo que su empresa nacional de extracción de diamantes, Alrosa, firmó con Angola en 2017, y posteriormente con Zimbabue. En Mozambique, la empresa Rosneft obtuvo dos concesiones para la explotación de gas en alta mar[4].

Sudáfrica tiene vínculos históricos con Rusia, tanto comerciales como políticos. En septiembre de 2006, Putin visitó Sudáfrica, y en esa ocasión dos grandes grupos metalúrgicos y mineros, Evraz y Renova, realizaron importantes inversiones, comprando la empresa Highveld Steel and Vanadium y haciéndose con el 49% del manganeso del joint venture United Manganese of Kalahari.

Con Libia, Rusia llegó a un acuerdo sobre la participación de los Ferrocarriles Rusos (Rzd) en la construcción de una línea entre Sirte y Bengasi. La empresa rusa Rusal, primer productor mundial de aluminio, se ha instalado en Guinea. Para completar la lista de la expansión comercial rusa en África, Armz, una filial de Rosatom, la empresa nuclear estatal, compró un yacimiento de uranio en Tanzania en 2010.

Para dar una idea de la red de socios comerciales de Rusia en África, enumeramos los países implicados: Argelia, Libia, Camerún, Ghana, Costa de Marfil, Egipto, Mozambique, Angola, Zambia, Sudán, Ruanda, Zimbabue, Madagascar, Congo-Brazzaville, Malí, República Centroafricana, Tanzania, Sudáfrica, Uganda y Chad. Las inversiones rusas en el continente, especialmente en relación con el comercio, se han vuelto considerables y alcanzaron los 20.000 millones de dólares en 2018.

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En el marco de esta estrategia de «conquista», y para señalar de forma visible y directa su presencia en el continente, Rusia, siguiendo el ejemplo de Francia, celebró su primera cumbre Rusia-África en Sochi los días 23 y 24 de octubre de 2019[5].

Acuerdos para la seguridad y los servicios de inteligencia

La presencia de Rusia en África también implica las exportaciones de armas. Algunas estadísticas indican que Rusia se ha convertido en el principal proveedor de armamento del continente africano y posee la mitad del mercado del continente, más del doble que China y Estados Unidos[6]. Argelia encabeza la lista de los mayores clientes de Rusia en este sector. De hecho, ya en 2006, a cambio de la cancelación de la deuda que mencionamos, tuvo que firmar contratos por más de 6.300 millones de dólares[7].

El otro gran cliente de las armas rusas es Egipto[8]. En 2013, tras el golpe militar del mariscal Abdel Fattah Al-Sisi, Rusia vendió armas a Egipto y reforzó la cooperación militar. Así, entre 2013 y 2017, el ejército egipcio compró 46 aviones de combate Mig-29M, sistemas antiaéreos Buk-M1-2 y S-300VM, así como 46 helicópteros de ataque Ka-52. Además, Rusia colabora con Nigeria en la lucha contra el grupo yihadista Boko Haram entrenando al ejército nigeriano. Libia, tras pagar su deuda de 4.600 millones de dólares, se ha comprometido a comprar material militar ruso por un valor de 3.000 millones de dólares.

Desde 2014, la cuestión de la seguridad ha ocupado un lugar destacado en la política rusa en África. En los últimos años, Putin ha firmado acuerdos con una veintena de países: los más recientes son los de Malí (junio de 2019), Congo (mayo de 2019) y Madagascar (octubre de 2018). Estos acuerdos prevén, por lo general, la formación de oficiales en Moscú, la entrega de nuevos equipos militares o el mantenimiento de los existentes, ejercicios militares conjuntos, la lucha contra el terrorismo y la piratería marítima[9].

Sudáfrica, en particular, ha desarrollado relaciones diplomáticas con Rusia tanto a nivel bilateral como en el seno de los BRICS[10]. En particular, desde 2009, esto ha coincidido con el ascenso al poder de Jacob Zuma, antiguo jefe del servicio secreto del Congreso Nacional Africano (CNA), que por tanto había tenido estrechos contactos con el servicio secreto ruso, la KGB, durante los años de la lucha contra el apartheid.

Si hay un aspecto particular de la cooperación entre Rusia y los países africanos, es el de la inteligencia. Los miembros de los servicios secretos rusos intercambian información con sus homólogos africanos. En este contexto, se celebran conferencias, una de las cuales se celebró en mayo de 2019 en el oeste de Rusia, con la participación de representantes de los servicios de inteligencia de Namibia, Burundi, Túnez, Uganda, Egipto y Congo-Brazzaville[11]. Cabe señalar que desde 2014, es decir, desde el inicio de la crisis de las relaciones entre Moscú y Occidente, Rusia ha reforzado su presencia en África desplegando empresas militares privadas y estableciendo o restableciendo la cooperación con los servicios de inteligencia locales.

Acerca del Grupo Wagner

El Grupo Wagner – también conocido como PMC Wagner, ChVK Wagner o CHVK Wagner – es la empresa militar privada más conocida de Rusia y está presente en varios países africanos, aunque los gobiernos locales niegan su presencia[12]. El fundador, Dmitry Utkin, es un antiguo oficial de la GUR, el Directorio Principal de Inteligencia del Alto Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia. Sin embargo, los documentos muestran que el jefe de Wagner es el multimillonario de San Petersburgo Yevgeny Prigozhin[13].

El grupo Wagner está presente de diversas formas en al menos la mitad de los países africanos[14]. Con seguridad tiene presencia en Libia, Sudán, Mozambique y la República Centroafricana. Se dice que el grupo también está activo en Malí, pero el gobierno, bajo la égida del ejército, lo niega.

También hay que decir que los países africanos han recurrido a menudo a las milicias privadas. Jade Andrzejewski y Albane Violleau, coautoras de un dossier sobre las empresas militares privadas, y el Observatoire étudiant des relations internationales han enumerado recientemente los países que utilizan o han utilizado empresas militares privadas: «Angola y Sierra Leona en los años 90. Y actualmente hay países que utilizan esta famosa empresa rusa (Wagner). Tenemos los nombres de los países del G5 del Sahel, además de Guinea y Guinea-Bissau, que se unen a Malí, Mauritania y Níger. También está Sudán»[15].

Los cimientos de la relación África-Rusia

Para entender la naturaleza de la presencia o influencia rusa en África, más allá de las relaciones comerciales y las cuestiones de seguridad, es necesario vincularla a la historia de la descolonización y la lucha contra el apartheid[16]. Fue alrededor de la década de 1950, tras el colapso de los imperios francés y británico, cuando el continente africano se convirtió en objeto de interés para Rusia, aunque África había estado en el pensamiento de Lenin desde la década de 1920. Durante la crisis del Canal de Suez, en octubre de 1956, la Unión Soviética prestó apoyo económico y militar a Egipto, dirigido entonces por Gamal Abdel Nasser. En esa época, la URSS estableció vínculos militares con el Frente de Liberación Nacional (FLN) de Argelia, con los combatientes antiapartheid del Congreso Nacional Africano (CNA) de Nelson Mandela – que fue acogido en Crimea –, pero también con la Unión Popular Africana de Zimbabue (ZAPU) y el Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO).

Además, la URSS acentuó su política de influencia, abriendo en particular, en 1961 en Moscú, la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos «Patrice Lumumba»[17], que durante muchos años acogió a miles de estudiantes de África, pero también de Asia y América Latina.

En la década de 1960, cuando varios países africanos obtuvieron la independencia, Moscú envió diplomáticos a esos países. Durante el periodo de la Guerra Fría, la URSS estuvo muy implicada en Angola, con al menos 10.000 soldados a partir de 1975. Desempeñaron un papel importante, junto con las tropas cubanas, en la batalla de Cuito Cuanavale de 1988, que condujo a la independencia de Namibia.

Tras el colapso de la URSS, Rusia se retiró significativamente de África en 1992, principalmente por falta de fondos: se cerraron nueve embajadas, cuatro consulados y 13 centros culturales. No fue hasta 2001 cuando el interés de Rusia por África volvió a aumentar.

Futuros desarrollos

Puede decirse que Rusia, a lo largo de los años, ha intentado mejorar la percepción de su papel e influencia en África, pero sin resultar convincente. Como se demuestra en la votación de algunas resoluciones de la ONU, África tiene un importante equilibrio de votos en la Asamblea General, especialmente cuando se trata de temas delicados. Mucho antes de la última resolución de la Asamblea General del 2 de marzo de 2022, algunos países africanos habían emitido su voto sobre la cuestión de Crimea: Sudán y Zimbabue votaron en contra de la resolución que condenaba la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia, mientras que Argelia, Sudáfrica, Malí, Ruanda, Senegal, etc., se abstuvieron.

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Como parte de su estrategia, Rusia también ha aumentado a lo largo de los años las ventajas que ofrece a los estudiantes africanos que quieren estudiar en universidades rusas. En 2013, el número de estudiantes africanos matriculados en las universidades estatales rusas se estimó en unos 8.000[18]. Sin embargo, en los últimos años Rusia se ha convertido en un destino de estudios menos deseable que Europa y Estados Unidos, no sólo por el clima, sino también por los ataques racistas a los estudiantes africanos[19].

La realidad de la presencia rusa en África requiere también un análisis de los resultados de las promesas y los acuerdos firmados. El balance no es tan positivo como podría pensarse: en Uganda, el anuncio realizado en 2017 de la construcción de una refinería por parte de la empresa rusa Rostec no tuvo continuidad; los proyectos de gas de Rosneft en Mozambique nunca se materializaron; el programa nuclear civil en Sudáfrica nunca vio la luz, etc. Asimismo, la política rusa de utilizar mercenarios del grupo Wagner ha sido muy criticada por sus métodos, que no respetan la ley y no rinden cuentas de las operaciones y los errores[20].

La actual guerra entre Rusia y Ucrania también pone a muchos países africanos en una situación incómoda. Les resulta difícil adoptar una posición clara de apoyo o condena contra cualquiera de los dos bandos, por miedo a ofender a sus socios. Al comienzo de la invasión rusa, la Unión Africana pidió que se respetara la integridad territorial y la soberanía de Ucrania[21]. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) también condenó la invasión rusa e hizo un llamado al diálogo. Pero estos llamados están lejos de constituir un verdadero frente común africano. Prueba de ello es la fragmentación de posiciones durante la votación de la resolución de la Asamblea General de la ONU del 2 de marzo, que condenaba la invasión rusa de Ucrania. Senegal y Uganda, por ejemplo, justificaron su abstención invocando su pertenencia al Movimiento de Países No Alineados (MPNA)[22].

He aquí algunos ejemplos de posiciones oficiales. El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, había anunciado que se le había propuesto desempeñar un papel mediador debido a sus buenas relaciones con Moscú. Sin embargo, su país se abstuvo de votar la resolución de condena de la invasión de Ucrania. En cuanto al presidente senegalés, Macky Sall, además de su declaración como presidente de turno de la Unión Africana, dijo haber mantenido una conversación telefónica con su homólogo Putin para «instar a un alto el fuego duradero». Kenia, a través de su embajador en el Consejo de Seguridad de la ONU, incluso antes de que Rusia iniciara la invasión, había expresado una fuerte condena en un discurso el 21 de febrero[23].

Pero estos intentos por hacer oír la voz de los africanos no fueron aceptados y es evidente que no han cambiado la posición de Putin. El escritor guineano Tierno Monénembo no dudó en bromear al respecto: «Es difícil tomar partido cuando se es pequeño, cuando se es débil, cuando se está mal armado y subdesarrollado. Esta no es la manera de inmiscuirse en los asuntos de la gente grande»[24].

El análisis de la relación ruso-africana plantea serios interrogantes: ¿qué perspectivas se abren en esta relación a corto, medio y largo plazo? ¿De qué otra manera puede entenderse o interpretarse el desacuerdo entre los países africanos cuando se trata de una votación en el Consejo de Seguridad o en la Asamblea General de la ONU contra Rusia? Estas preguntas no pueden responderse inmediatamente, pero ayudan a considerar las futuras relaciones entre África y Rusia.

Mientras tanto, la política de Rusia en África, y en particular su intensificación en los últimos años mediante la intervención militar y los servicios de inteligencia con algunos Estados, está dividiendo en cierto modo a África en cuestiones internacionales. ¿Quién se beneficiará más de este amor interesado en un mundo multipolar?[25]

  1. Cfr «10 points synthétiques sur le vote à l’Assemblée générale des Nations Unies», en Le Grand Continent (https://legrandcontinent.eu/fr/2022/03/03/10-points-synthetiques-sur-le-vote-a-lassemblee-generale-des-nations-unies), 3 de marzo de 2022.

  2. Cfr A. Kalika, «Le “grand retour” de la Russie en Afrique?», en Russie.Nei.Visions, n. 114, Ifri, 19 de abril de 2019, 20.

  3. Cfr Russian Foreign Trade, «Russian trade with Morocco in 2018», en https://en.russian-trade.com/reports-and-reviews/2019-02/russian-trade-with-morocco-in-2018/, 10 de febrero de 2019.

  4. Cfr T. Coloma, «La stratégie économico-sécuritaire russe au Mozambique», en Notes de l’Ifri, mayo 2020, 14 s.

  5. Cfr A. Dubien, «La Russie et l’Afrique: mythes et réalités», en https://fr.obsfr.ru/analytics/notes/10953/, 1 de octubre de 2019.

  6. Cfr «Russian Arms Sales Growing in Africa», en Defense World (www.defenseworld.net/news/26576/Russian_Arms_Sales_Growing_in_Africa), 24 de marzo de 2020.

  7. Cfr J. Garçon, «Moscou efface la dette d’Alger pour placer ses armes», en Libération (www.liberation.fr/planete/2006/03/13/moscou-efface-la-dette-d-alger-pour-placer-ses-armes_32850), 13 de marzo de 2006.

  8. Cfr K. Malhotra, «La Russie est-elle un acteur clé en Afrique?», en BBC News (www.bbc.com/afrique/region-46811868), 9 de enero de 2019.

  9. Cfr A. Dubien, «La Russie en Afrique, un retour en trompe-l’œil?», en Le Monde diplomatique (www.monde-diplomatique.fr/2021/01/DUBIEN/62663), enero 2021.

  10. BRICS es el acrónimo que se usa para designar a un grupo de cinco países (Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica), que se reúnen anualmente en cumbres desde 2011.

  11. Cfr A. Dubien, «La Russie en Afrique, un retour en trompe-l’œil?», cit.

  12. Se ha definido al grupo Wagner de diferentes maneras. El periódico Libération, el 18 de febrero de 2022, lo rebautizó como «las botas secretas de Putin en el extranjero». Para la École de guerre économique (EGE), Wagner es «la punta de lanza de las operaciones de influencia rusa en el África subsahariana» (www.ege.fr/infoguerre/le-groupe-wagner-fer-de-lance-des-operations-russes-dinfluence-en-afrique-subsaharienne/, 4 de enero de 2022). Otros lo llaman «el ejército en la sombra de Putin» (https://www.leparisien.fr/international/groupe-wagner-comment-larmee-fantome-de-poutine-destabilise-la-presence-francaise-en-afrique-18-02-2022-64EDEHIBMFHYVNGQ2W6ATPN4AA.php, 18 de febrero de 2022). Se podría añadir otra definición desafiante: «El ejército secreto y violento de Vladimir Putin» (https://lameuse.sudinfo.be/920809/article/2022-03-13/le-groupe-wagner-larmee-secrete-et-violente-de-vladimir-poutine/, 13 de marzo de 2022).

  13. Cfr B. Sironi, «Russia in Africa: i paesi in ballo con Wagner», en Nigrizia (www.nigrizia.it/notizia/russia-in-africa-i-paesi-in-ballo-con-wagner), 10 de septiembre de 2021.

  14. Cfr ibid.

  15. Cfr R. Koubakin, «Où sont les sociétés militaires en Afrique?» en Deutsche Welle (www.dw.com/fr/societes-militaires-privees-smp-presence-en-afrique/a-60719176), 9 de febrero de 2022.

  16. Cfr A. Dubien, «La Russie en Afrique, un retour en trompe-l’œil?», cit.

  17. Patrice Lumumba fue un estadista congoleño y el primer Primer Ministro de la República Democrática del Congo, de junio a septiembre de 1960. Es una de las principales figuras de la independencia del Congo Belga.

  18. Cfr A. Arkhangelskaya – V. Shubin, «Russia’s Africa policy», en Occasional Paper, n. 157, Johannesburg, South African Institute of International Affairs, septiembre 2013.

  19. Cfr A. Dubien, «La Russie en Afrique, un retour en trompe-l’œil?», cit.

  20. Por ejemplo, la Unión Europea ha impuesto sanciones al Grupo Wagner, acusándolo de violaciones de los derechos humanos en la República Centroafricana y en otros lugares. Véase «Groupe Wagner: “Pourquoi l’UE s’inquiète-t-elle des mercenaires russes en Afrique centrale?”», en BBC News (www.bbc.com/afrique/monde-59710727), 19 de diciembre de 2021; E. Vincent, «Exactions et prédations minières: le mode opératoire de la milice russe Wagner en Afrique», en Le Monde (www.lemonde.fr/afrique/article/2021/12/14/exactions-et-predations-la-methode-de-la-milice-wagner-en-afrique_6105992_3212.html), 14 de diciembre de 2021, que dice: «Algunos documentos de seguridad consultados por Le Monde esbozan un cuadro de las actividades de la empresa mercenaria rusa en la República Centroafricana, Mozambique y Libia. En Malí, el grupo también está formalizando su presencia en una zona de extracción de oro».

  21. El actual presidente de la Unión Africana, Macky Sall, y el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki, han hecho un llamado a ambas partes para que apliquen un alto el fuego inmediato y entablen sin demora negociaciones políticas bajo los auspicios de las Naciones Unidas, con el fin de salvar al mundo de las consecuencias de un conflicto global, por la paz y la estabilidad en las relaciones internacionales, en beneficio de todos los pueblos del mundo. Véase «Guerre Ukraine – Russie: Macky Sall prône un cessez le feu durable lors de son appel avec Poutine», en BBC News (www.bbc.com/afrique/monde-60677773), 9 de marzo de 2022.

  22. El movimiento de los no alineados es una organización internacional que en 2012 contaba con 120 Estados. Estos países se definen como no alineados, es decir, ni a favor ni en contra de ninguna gran potencia mundial.

  23. Cfr «Crise ukrainienne: l’ambassadeur kényan établit un parallèle avec le colonialisme en Afrique», en Courrier international (www.courrierinternational.com/article/discours-crise-ukrainienne-lambassadeur-kenyan-etablit-un-parallele-avec-le-colonialisme-en-Afrique), 24 de febrero de 2022.

  24. Cfr A. Cascais – R. Koubakin, «Les alliés de la Russie en Afrique», en Deutsche Welle (www.dw.com/fr/les-allies-russes-en-afrique/a-61069668), 9 de marzo de 2022.

  25. Cabe señalar que el Patriarcado de Moscú ha creado oficialmente su propio exarcado en África. La ortodoxia rusa se ha extendido así a Egipto, Sudán, Etiopía, Eritrea, Yibuti, Somalia, Chad, Camerún, Nigeria, Libia, África Central y Seychelles. El clero ruso-africano estará jerárquicamente subordinado al obispo ruso de Ereván (Armenia), Leonid (Gorbačev), que ha sido elevado a la dignidad de metropolitano titular de Klinsk (Bielorrusia). Este gesto tiene un fuerte impacto en el Patriarca de Alejandría Tawadros II – el segundo en dignidad en la lista de las 14 Iglesias históricamente reconocidas en la comunión universal – que el pasado mes de agosto, en la isla turca de Imbros, había tendido la mano al metropolitano autocéfalo de Kiev Epifanio, marcando una ruptura con la Iglesia rusa.

Jean-Pierre Bodjoko
Jesuita congolés, obtuvo su licenciatura en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma y estudió teología en la Universidad Católica del Congo. Entre sus áreas de investigación destaca el estudio de los medios de comunicación en África, tema sobre el cual versa su libro Développement de la Radio Catholique en République Démocratique du Congo (L’Harmattan, 2010).

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