Como muchas plataformas de redes sociales de gran éxito, TikTok tiene orígenes diversos. Alex Zhu y Luyu Yang habían creado Musical.ly en 2014 para permitir a los usuarios hacer sincronización labial (lip-sync) con breves videos musicales o crear pequeños sketches cómicos. Dos años después, la empresa tecnológica china ByteDance lanzó Douyin como plataforma para compartir videos (también de formato breve) y, al año siguiente —luego que la versión china alcanzara los 100 millones de usuarios— ofreció una versión internacional de la plataforma, llamada «TikTok», con el objetivo de expandir su base de usuarios más allá de China. Entre las características de la plataforma original china de ByteDance estaba la posibilidad de realizar búsquedas dentro de los videos y aprovechar conexiones con el comercio electrónico. Un año más tarde, en 2017, ByteDance compró Musical.ly y fusionó ambas plataformas en la actual TikTok, que ofrece videos cortos, normalmente de unos 30 segundos, aunque el sitio permite también videos más largos. Su potente algoritmo dirige a los usuarios hacia contenidos acordes con sus gustos, generando un flujo de material en constante cambio.
TikTok creció rápidamente en popularidad, impulsado por las celebridades que lo utilizan, por las colaboraciones con importantes grupos deportivos y de entretenimiento, por la promoción de líderes de opinión, la eficacia de su algoritmo de recomendación, su biblioteca musical, funciones innovadoras como la música para bailar (una especie de jukebox para danzar), y por el tiempo que muchos jóvenes usuarios, confinados por el Covid-19, se vieron obligados a pasar en casa sin poder realizar muchas otras actividades[1]. En 2021, TikTok había alcanzado los mil millones de usuarios activos mensuales. El merchandising pudo haber tenido un papel en este crecimiento vertiginoso, ya que ByteDance introdujo en la versión internacional los enlaces al comercio electrónico previstos desde el principio en la versión china. Como se ofrecía a los creadores de contenido la posibilidad de incorporar enlaces para la venta, la combinación entre entretenimiento y facilidad de compra atrajo a un número creciente de usuarios.
Diversas fuentes sitúan a TikTok entre las plataformas de redes sociales más grandes —después de Facebook y YouTube—, con una cifra estimada de 1.800 millones de usuarios en el mundo a finales de 2024, en su mayoría menores de 30 años. Aproximadamente un tercio se encuentra en la franja de edad entre los 18 y los 24 años, otro tercio entre los 25 y los 34; el 21 % tiene entre 13 y 17 años, y el 15 % entre 35 y 44 años; los usuarios de mayor edad constituyen el resto. Los usuarios están bastante equilibrados en cuanto a género, con una ligera mayoría femenina (51,6 % frente a 48,4 %). A nivel internacional, el mayor número de usuarios se encuentra en China (766 millones; allí la plataforma mantiene el nombre de Douyin), Indonesia (157,5 millones), Estados Unidos (120,5 millones), Brasil (105 millones) y México (77,5 millones)[2].
Según casi todos los informes realizados, esta red social tiene un efecto casi hipnótico, que lleva a los usuarios a pasar una media de unos 95 minutos al día en la plataforma. Este dato varía también según la franja de edad y el país: quienes pasan más tiempo en TikTok son, respectivamente, los usuarios más jóvenes y los usuarios indonesios. El alcance global de TikTok se ve respaldado por su disponibilidad en 150 países y en 75 idiomas, con unos ingresos estimados de 11.650 millones de dólares en 2022. Las categorías más populares incluyen entretenimiento, baile, bromas, fitness y deporte, reparaciones domésticas, belleza, moda, cocina y consejos existenciales. Las dos primeras categorías reciben cientos de miles de millones de visualizaciones, mientras que las demás registran cifras menores (entre 13.000 y 80.000 millones)[3].
Algunas razones de su éxito
En los últimos tres años se han llevado a cabo numerosos estudios académicos, basados en encuestas a usuarios de la plataforma, que han identificado varias razones de la popularidad de TikTok. Una decena de grupos de investigación entrevistó a jóvenes para entender por qué participaban en ella, aplicando el consolidado modelo de los «usos y gratificaciones», desarrollado en el ámbito de la investigación en comunicación. Este modelo de análisis, propuesto por primera vez en los años cuarenta para explicar por qué las personas elegían determinados medios de comunicación, y posteriormente ampliado en los años setenta para vincular la elección de los medios a las distintas necesidades de los individuos, puede aplicarse prácticamente a cualquier medio comunicativo.
Utilizando este enfoque, investigadores con sede en Asia y Europa entrevistaron a grupos de entre 25 y 400 personas para determinar por qué y cómo usaban TikTok. Las respuestas mencionaban una amplia gama de motivaciones, entre ellas: entretenimiento, autoexpresión, deseo de fama, reconocimiento social, búsqueda de información (sobre tendencias populares), placer, interacción social, sentido de pertenencia, comportamiento ritualizado, evasión, visualización de contenidos generados por otros usuarios, expresión cultural y deseo de seguir a los influencers. Algunos encuestados también señalaron razones más técnicas: la facilidad de uso de la plataforma, su diseño centrado en el usuario, su aplicación para edición de video, las funcionalidades que fomentan la participación (como los desafíos, los videos de baile, la función de dúo o los trucos de magia), y su algoritmo de recomendación.
Como ocurre con otras redes sociales, TikTok se beneficia de los efectos de red —cuantas más personas usan la aplicación, más quieren unirse— y de un cierto grado de presión de grupo para participar junto a los amigos. Un estudio cualitativo separado realizado en Estados Unidos reveló que los usuarios reconocían y valoraban especialmente el algoritmo de recomendación, precisamente porque seleccionaba contenidos que reflejaban sus gustos. Al comparar TikTok con otros sitios como Instagram, X (Twitter), Facebook y YouTube, este grupo consideraba que la primera ofrecía una mayor libertad para construir la propia identidad personal, gracias al control que los usuarios tienen sobre la apariencia y el funcionamiento del sitio. De hecho, otros investigadores, utilizando el método del análisis de contenido, sostienen que TikTok favorece la construcción de la imagen de uno mismo, de la celebridad y, en particular, de la imagen femenina y juvenil (hasta el punto, escriben algunos, de configurar el algoritmo para suprimir las publicaciones de usuarios «poco atractivos»).
Parte del éxito internacional de TikTok refleja una sensibilidad y un estímulo hacia factores culturales que la plataforma alimenta a través de su algoritmo. Por ejemplo, en Indonesia el desarrollo de contenidos está guiado por una sensibilidad cultural hacia la narración y la autoexpresión, mientras que la cultura del K-pop desempeña un papel similar entre los usuarios surcoreanos. La mezcla de música, baile y humor en la plataforma también se observa en Brasil y en México. Otro estudio basado en el análisis de contenido identificó diferentes motivaciones de uso para adentrarse en el mundo de TikTok entre las sociedades colectivistas y las individualistas. El conjunto de estas investigaciones sugiere que TikTok se adapta muy bien y puede personalizarse con gran facilidad[4].
Esta flexibilidad se extiende a otras áreas. Como ha ocurrido con otras plataformas sociales, los investigadores han estudiado qué características hacen que un video sea eficaz (en marketing o en recomendaciones médicas), y otros han analizado el uso de la plataforma por parte de distintos grupos con fines que van más allá del entretenimiento. Gracias a su formato y popularidad, TikTok resulta muy atractivo para el comercio electrónico, y sus funciones internas de promoción comercial juegan un papel importante en el éxito de ciertos influencers. Los videos sobre belleza, por ejemplo, al ofrecer consejos sobre cosméticos y enlaces a sitios de venta, reúnen varias condiciones clave para el éxito del comercio electrónico: comodidad, interés, utilidad, interacción y, en este caso concreto, apreciación de los productos cosméticos.
Tipologías de uso
Además de los usos comerciales, los investigadores académicos han examinado la utilidad de TikTok en la educación, la información sanitaria, el aprendizaje de lenguas, la política y como medio de expresión creativa a través de videos. Dado que los usuarios publican videos breves sobre una amplia variedad de temas, un estudio analizó cerca de 1.500 videos para clasificar el valor educativo de los contenidos. Los principales ámbitos educativos incluían la salud, las ciencias (biología humana, química, ciencias alimentarias y ambientales), la tecnología y la ingeniería, y las relaciones interpersonales. Otras investigaciones han estudiado el uso de TikTok para la comunicación sanitaria sobre el COVID-19, los trastornos alimentarios, la dermatología y la salud sexual[5]. Puesto que durante la pandemia las personas compartieron espontáneamente información sobre salud, los funcionarios de salud pública y profesionales del sector están explorando cómo aprovechar la plataforma para campañas de información sanitaria.
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La base de usuarios de TikTok permite la creación de «comunidades de práctica»; alrededor de 2020, el hashtag «MedEd» en TikTok había acumulado 4,6 millones de visualizaciones. El formato breve se adapta bien al aprendizaje «inmediato» (just-in-time) y se complementa con contenidos médicos más extensos presentes en YouTube y Vimeo[6]. Otros investigadores han señalado que TikTok puede utilizarse como medio para reclutar participantes en ensayos clínicos sobre distintos tratamientos. Además, los estudiosos de la comunicación en salud fomentan un análisis más profundo tanto de la información perjudicial para la salud (consejos médicos nocivos, desinformación, adicciones), como de la información positiva (recomendaciones sanitarias y representaciones de enfermedades).
Como otras plataformas sociales de alcance internacional, TikTok ha atraído la atención de los estudiosos de la lingüística. La gran cantidad de contenidos ha permitido observar una amplia gama de fenómenos lingüísticos, entre ellos el uso de expresiones vulgares en Indonesia y la evolución de palabras, frases y jerga entre los jóvenes usuarios de TikTok. Algunas expresiones nuevas se difunden simplemente porque «suenan bien» en los videos breves; otras se utilizan para eludir los sistemas de moderación y censura (como los eufemismos para referirse a actividades sexuales); y otras más emergen de subculturas, como los fanáticos del K-pop o las comunidades de lectores. Desde hace tiempo, los lingüistas han observado que las nuevas generaciones tienden a liderar los cambios en el uso del lenguaje, y TikTok, con su público joven e internacional, acelera visiblemente ese proceso.
También el mundo político ha comenzado a utilizar TikTok. Los estudiosos han analizado cómo los partidos políticos lo emplearon durante campañas electorales nacionales, como en el caso de las elecciones australianas de 2022. Investigaciones anteriores ya habían observado fenómenos similares en Facebook, Instagram, X (Twitter) y YouTube. Sin embargo, el alcance internacional de TikTok también respalda movimientos políticos globales, como el activismo por el cambio climático o el feminismo. Algunos investigadores han estudiado cómo el formato en video permite construir una retórica específica para ilustrar las condiciones de las mujeres en determinados países, haciendo que experiencias locales —por ejemplo, de Islandia o Irán— resulten relevantes también para una audiencia femenina global. La solidaridad, el intercambio de información, el coraje, la desobediencia y la rebelión contra los abusos o la exigencia de justicia política emergen claramente en el activismo feminista en TikTok[7].
También la religión ha encontrado su espacio. Esto no sorprende, dado que TikTok fomenta la expresión individual y muchos usuarios parecen dispuestos a compartir sus creencias y prácticas en muchos ámbitos, incluida la religión. Los contenidos religiosos que han aparecido en la plataforma reflejan lo ya observado en otras redes sociales, pero las cifras son impresionantes: hace algunos años, el hashtag #ChristianTikTok había acumulado más de 9 mil millones de visualizaciones, #Diwali 2 mil millones y #Islam 60 mil millones. La combinación de formato breve, contenidos a veces humorísticos y a veces serios, y un sentido de comunidad —con videos que muestran celebraciones litúrgicas, recitaciones coránicas, monjas que cuentan su vida en el convento, pastores que guían la oración vespertina, imanes que ofrecen orientación espiritual— tiene un gran atractivo. Los creadores de contenido religioso ven en TikTok un espacio para educar e informar, explicar sus tradiciones religiosas, construir comunidad, promover la participación religiosa e incluso combatir el odio antirreligioso.
Dado que la plataforma fomenta la expresión creativa, los creadores de contenido religioso utilizan música popular y arte de diversas maneras para expresar conceptos religiosos e incluso para involucrar al público mediante sketches, sincronización labial con música religiosa o participando en desafíos virales inspirados en la fe. Los contenidos son en su mayoría positivos, gracias también a las directrices de la plataforma que prohíben representaciones negativas de la religión o de personajes religiosos, ataques a las religiones o afirmaciones sobre supuestas curaciones milagrosas.
Algunos observadores afirman que TikTok está cambiando la religiosidad, provocando conversiones ligadas a nuevos rituales como los holy girl habits (literalmente «hábitos de chica santa») o al uso de productos cosméticos «que irradien la luz de Jesús», el llamado Jesus glow. La religión se vuelve así menos formal, menos vinculada a Iglesias o comunidades reconocidas, y más cercana al personalismo, donde a menudo el sermón es reemplazado por un eslogan.
Esto también conlleva efectos negativos: las creencias heterodoxas aparecen con la misma frecuencia que los contenidos relacionados con las religiones tradicionales, y de la excesiva simplificación de los videos breves surgen desinformación y distorsiones. El formato, de hecho, no permite discusiones teológicas complejas. Por último, algunos analistas han planteado interrogantes sobre el riesgo de que la «escenificación de la fe» sustituya su práctica[8].
Preocupaciones
Desde la invención de la imprenta, casi todos los nuevos medios de comunicación han suscitado inquietudes respecto a su impacto social. TikTok no es una excepción, aunque los temores que genera son diferentes de los que en su momento se plantearon sobre el cine o la televisión. Las principales preocupaciones que expresa la gente respecto a TikTok pueden dividirse en tres ámbitos generales.
En primer lugar, se cuestiona si, o hasta qué punto, TikTok influye en la salud mental y física de sus usuarios. La plataforma es absorbente y las personas pasan mucho tiempo en ella, lo que ha llevado a advertencias sobre una posible “adicción” a TikTok. Sin embargo, los estudios académicos no han respaldado ningún diagnóstico clínico de comportamiento adictivo, aunque muchos usuarios afirman sentirse incapaces de separarse de la pantalla y califican eso como una «adicción».
Otras preocupaciones son comunes a todos los medios sociales: un énfasis en la comparación social ascendente, que lleva a juzgar la autoestima personal en función de cómo se compara uno con las personalidades que se siguen en TikTok o con los estándares de belleza presentados en línea. Algunos estudios relacionan este fenómeno de evaluación continua de uno mismo con síntomas depresivos. TikTok también puede implicar riesgos para la salud mediante desafíos a veces extremos que invitan a los espectadores a imitar ciertas hazañas, como el blackout challenge (que consiste en grabarse aguantando la respiración el mayor tiempo posible), el wax challenge (en el que las personas se cubren el rostro con tiras de cera y luego se las arrancan), o, en una versión más inocua, un reto de baile.
Una segunda serie de inquietudes se refiere a los contenidos publicados en TikTok. Además de los desafíos, los videos suelen fomentar hábitos alimenticios poco saludables y dietas sin respaldo científico, proponen modelos estereotipados de belleza y comportamiento, incluyen publicidad encubierta y promueven interacciones sociales poco realistas.
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Aunque TikTok cuenta con ciertas políticas de contenido, permite una mayor difusión de discursos de odio en comparación con otras plataformas y, como algunas de ellas, fomenta teorías conspirativas y desconfianza hacia las fuentes autorizadas. Al alimentar contenidos similares a los que el usuario ya ha apreciado o visualizado, el algoritmo de la plataforma crea una espiral de refuerzo de la desinformación que conduce a un debilitamiento de la confianza en el conocimiento experto y en la autoridad.
Finalmente, muchos han señalado los riesgos relacionados con la privacidad. Como todas las plataformas sociales, TikTok recoge una gran cantidad de datos sobre sus usuarios, obtenidos de sus perfiles, de sus preferencias de visualización y de sus hábitos de compra, entre los que se incluyen información de localización, historial de navegación y datos autodeclarados. Además, dado que los usuarios más jóvenes tienden habitualmente a revelar más información personal que los de mayor edad, se ha generado una preocupación particular por la privacidad de este grupo específico. De hecho, varios gobiernos han intervenido en el debate sobre la privacidad de los usuarios de TikTok, motivados por la convicción de que sus políticas de protección de datos, demasiado permisivas, pueden tener efectos negativos. Sin embargo, algunos investigadores cuestionan estas afirmaciones, argumentando que otras empresas de redes sociales también venden la información de sus usuarios a corredores de datos (data brokers) sin que esto provoque protestas gubernamentales.
Acción de los gobiernos
Con una decisión contundente, el gobierno estadounidense ordenó a ByteDance, la empresa matriz china de TikTok, que vendiera la plataforma a una compañía con sede en Estados Unidos como condición para seguir operando en el país. Pero TikTok ha tenido fricciones con al menos nueve gobiernos distintos. Parte de las preocupaciones proviene, comprensiblemente, de su propiedad china y de los diferentes sistemas jurídicos implicados.
En cuanto a los Estados Unidos, han planteado cuatro objeciones generales a la plataforma. La primera se inscribe en una concepción amplia de la «seguridad nacional»: los legisladores estadounidenses temen que el gobierno chino pueda obligar a ByteDance a entregar datos de los usuarios a sus servicios de inteligencia, lo que ofrecería oportunidades significativas de espionaje o de perfilación de ciudadanos estadounidenses. De hecho, en nombre de los riesgos de ciberseguridad, Estados Unidos ya prohíbe el uso de TikTok en dispositivos gubernamentales.
En segundo lugar, el gobierno estadounidense ha expresado sus preocupaciones respecto a la privacidad de los datos, como ya se mencionó. En tercer lugar, se teme que TikTok pueda ser utilizado para la propaganda y la manipulación de su algoritmo a fin de difundir desinformación favorable a China. No es casualidad que el gobierno chino ya imponga controles sobre la información dentro de Douyin (la versión china de TikTok) para moldear la opinión pública nacional. Algunos legisladores estadounidenses temen que algo similar pueda ocurrir también con TikTok. Finalmente, el gobierno estadounidense ha planteado cuestiones relacionadas con las políticas de moderación de contenidos de TikTok y con la posibilidad de que estas conduzcan a la censura de informaciones críticas con respecto a China.
Desde 2020, la India ha prohibido TikTok, así como diversas otras aplicaciones chinas, considerándolas una amenaza para su soberanía nacional, tras los enfrentamientos militares con China ocurridos a lo largo de la frontera norte. El gobierno indio también ha expresado inquietudes respecto a la seguridad y la privacidad de los datos, así como a contenidos nocivos y materiales que podrían poner en riesgo la armonía social.
La privacidad de los datos constituye también la base de las preocupaciones de la Unión Europea en relación con TikTok. El Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la UE establece políticas sobre la transparencia en el tratamiento de los datos, su transferencia fuera del territorio europeo y la protección de los datos de menores, aspectos todos que conciernen a esta plataforma. Al igual que Estados Unidos, la UE prohíbe el uso de TikTok en dispositivos gubernamentales por motivos de ciberseguridad. La Ley de Servicios Digitales de la UE exige el cumplimiento de una serie de requisitos relativos a la protección de los menores, la publicidad en línea, la integridad de los procesos electorales y la desinformación. También el gobierno del Reino Unido ha prohibido el uso de TikTok en dispositivos gubernamentales y está supervisando la plataforma para detectar posibles amenazas a los intereses británicos.
Otros países lo han prohibido por completo. Afganistán se opone a sus contenidos por temor a que puedan desorientar a los jóvenes y por considerarlos contrarios a la ley islámica. Taiwán lo prohíbe por razones de seguridad nacional. Nepal lo ha suspendido temporalmente, al considerar que podría influir negativamente en la armonía social. Senegal lo bloquea por motivos políticos. Por último, Somalia lo ha proscrito por temor a la difusión de propaganda y contenidos indecentes. No obstante, los distintos gobiernos varían en el grado de aplicación de estas y otras prohibiciones mencionadas.
Las medidas adoptadas por el gobierno de los Estados Unidos han atraído mucha atención en el país, sobre todo debido a la incertidumbre sobre la entrada en vigor efectiva de la prohibición. Bajo la presión de legisladores de ambos partidos, el Congreso había aprobado —y el expresidente Joe Biden había firmado— la mencionada disposición para obligar a la venta de TikTok a una empresa estadounidense, si deseaba seguir operando en Estados Unidos. La Corte Suprema confirmó la ley, que entró en vigor el día antes de la toma de posesión del presidente Trump. Sin embargo, uno de los primeros actos de Trump fue aplazar su entrada en vigor para conceder más tiempo a la venta. Posteriormente prorrogó aún más el plazo, quizá con la intención de utilizar la situación como herramienta de negociación en el ámbito comercial. Por otro lado, no sorprende que el gobierno chino se oponga a la venta forzada de esta empresa. La cuestión sigue siendo compleja: algunos expertos estadounidenses debaten los distintos motivos que justifican la venta o la prohibición, mientras que otros la consideran simplemente un reflejo de la rivalidad entre Estados Unidos y China en el comercio y la competencia digital.
Conclusión
ByteDance ha creado, con TikTok, una plataforma atractiva y envolvente, capaz de atraer rápidamente a un público amplio, en particular a los jóvenes. Los análisis y estudios atribuyen su éxito no solo a la naturaleza de los contenidos o a la eficacia del algoritmo, sino también a la alta calidad y facilidad de uso de sus herramientas de edición de video. Otros simplemente señalan que TikTok es divertido de usar y de ver. Representa el siguiente paso en la evolución de las redes sociales, ya que conecta redes de amigos y desconocidos, ofreciendo entretenimiento, desafíos, recomendaciones de productos y compras dentro de la aplicación. Es una plataforma performativa, donde las personas se entretienen viendo a otras mientras bailan, cantan o realizan otras actividades.
La plataforma ha despertado el interés de la investigación académica, impulsando a los estudiosos a tratar de comprender su atractivo y su futuro. Ha llamado la atención de sectores del mundo empresarial, que la ven como una nueva vía para llegar a clientes potenciales, así como de grupos de usuarios que abarcan desde la política hasta la medicina y la religión. Al mismo tiempo, ha generado críticas y preocupaciones: desde la acusación de corromper a los jóvenes —como se decía en su tiempo de Sócrates— hasta la percepción de que representa una amenaza para la seguridad nacional. Sea cual sea el juicio final sobre TikTok, hay un hecho innegable: es divertida.
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Cf. L. Xu – X. Yan – Z. Zhang, «Research on the causes of the “TikTok” app becoming popular and the existing problems», en Journal of Advanced Management Science 7 (2019/2) 59-63. ↑
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Cf. «TikTok Statistics, Facts & User Demographics», en Magnet ABA (www.magnetaba.com/blog/tiktok-statistics-facts-user-demographics), 15 de enero de 2025; «How TikTok Usage Varies Across Countries in 2024», en Castmagic, 2025 (www.castmagic.io/post/tiktok-usage-by-country). ↑
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Cf. «TikTok Statistics, Facts & User Demographics», en Mastermind Behavior Services (www.mastermindbehavior.com/post/tiktok-statistics-facts-user-demographics), 3 de marzo de 2025. ↑
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Cf. T. Deng – L. Vargas-Bianchi – M. Mensa, «Cross-Cultural Comparison of TikTok Uses and Gratifications», en Behaviour & Information Technology 43 (2024) 1-13. ↑
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Cf. A. Fiallos – C. Fiallos – S. Figueroa, «TikTok and Education: Discovering Knowledge through Learning Videos», en Eighth International Conference on eDemocracy & eGovernment (ICEDEG), Quito, IEEE, julio 2021, 172-176; D. McCashin – C. M. Murphy, «Using TikTok for Public and Youth Mental Health – A Systematic Review and Content Analysis», en Clinical Child Psychology and Psychiatry 28 (2023/1) 279-306. ↑
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Cf. G. Comp – S. Dyer – M. Gottlieb, «Is TikTok the Next Social Media Frontier for Medicine?», en AEM Education and Training 5 (2020/3). ↑
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Cf. L. Abbas – M. Elhosary, «Digitized Narratives on #MahsaAmini: Constructing a Digital Transnational Feminist Movement on TikTok», en Women’s Studies in Communication 48 (2025/1) 122–147; H. Sigurdardottir – H. Rautajoki, «Embodying Scenes of Moral Disorder: Bodily Gestures as a Site of Signification in Feminist TikTok Activism», en Nordic Journal of Media Studies 6 (2024/1) 11-35. ↑
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Cf. «How religion is booming on TikTok», en BBC News (www.youtube.com/watch?v=u8d2Hd-kG9Y&t=136s), 4 de diciembre de 2021; «How TikTok became a religious pulpit», en The Economist (www.economist.com/culture/2025/02/06/how-tiktok-became-a-religious-pulpit), 6 de febrero de 2025; S. Suba, «#FaithTok: How Religion and Spirituality are Evolving in the Age of TikTok», en Interfaith America (www. interfaithamerica.org/article/faithtok-how-religion-and-spirituality-are-evolving-in-the-age-of-tiktok), 21 de enero de 2022. ↑
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