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Afganistán. Las mujeres “asustan” a los talibanes

En medio del caos, tras el repentino retiro de las fuerzas de ocupación de EEUU y la OTAN y el retorno al poder de los talibanes, ya son varios días que las mujeres afganas salen a las calles con valentía para pedir públicamente que no se les margine de la política y de la sociedad.

El brutal asesinato de la policía Banu Negar, embarazada de 8 meses – probablemente porque se la consideraba una colaboracionista del gobierno saliente y de Estados Unidos – es la señal de alarma más macabra de una situación aún en evolución y en la que las declaraciones públicas de los talibanes para tranquilizar a la población no parecen encontrar fundamento en los hechos. A pesar del anuncio de opciones más «inclusivas», la composición del nuevo gobierno, liderado por el mullah Mohammed Hassan Akhund, las nuevas reglas para la universidad, la dura represión de las protestas y, en las últimas horas, la prohibición de manifestarse libremente, parecen una señal de retorno al pasado y de marginalización de las mujeres.

«La semana pasada era una periodista. Hoy no puedo escribir con mi nombre, decir quién soy o dónde me encuentro. Mi vida fue destruida en pocos días», refería una mujer al periódico The Guardian. «No estoy segura porque soy una mujer de 22 años y sé que los talibanes están obligando a las familias a dar a sus hijas como esposas a los combatientes. Tampoco estoy segura porque soy una periodista, y sé que los talibanes vendrán a buscarme a mí y a mis colegas». Este es uno de los tantos testimonios de mujeres afganas recabados y presentados a fines de agosto en el marco de la iniciativa EoF global march «Las mujeres afganas existen. Together we stand!», lanzada por Economy of Francesco, movimiento internacional de jóvenes economistas y emprendedores. En solo unos pocos días, más de 30 ciudades en Italia y en el mundo respondieron con su adhesión a la llamada a manifestar de alguna manera su solidaridad con las mujeres de un país sumido nuevamente en el miedo.

La posición de la Santa Sede frente a los acontecimientos de las últimas semanas en Afganistán es bien conocida. Recientemente, el secretario del Estado Vaticano cardenal Pietro Parolin, admitió que, si bien la situación en Afganistán no era simple, se habría podido llegar a tomar la decisión de retirar las fuerzas occidentales en una manera más ordenada y sin crear todo este sufrimiento.

El papa Francisco, por su parte, luego de la oración del Ángelus del 5 de septiembre recién pasado, elevó nuevamente una oración e hizo un llamado a la solidaridad y cercanía a toda la población afgana. Una mirada a quienes se quedaron, a los que están en tránsito y a quienes están en los países de acogida: «En estos momentos agitados, en que los afganos buscan refugio, ruego por los más vulnerables; ruego para que muchos países acojan y protejan a todos los que buscan una nueva vida».

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