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Elecciones presidenciales en Argentina:

paradojas y desafíos de un país en crisis

© Senado de la Nación Argentina / wikipedia

El pasado 10 de diciembre de 2023, asumió Javier Milei como el nuevo presidente de Argentina. Durante la segunda vuelta electoral del pasado 19 de noviembre, obtuvo el 55,69% de los votos contra el candidato oficialista, Sergio Massa, a cargo de la cartera de economía del gobierno saliente de Alberto Fernández, que obtuvo el 44,3% de los sufragios. Votó el 76,35% del padrón electoral. El voto en blanco llegó al 1,55%. El voto nulo fue del 1,62%[1].

Argentina es un país cuyo sistema de gobierno es una democracia representativa de carácter presidencialista organizada en una República Federal dividida en veintitrés jurisdicciones provinciales y un distrito federal constituido por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Según el censo de 2022, el país posee un total de habitantes consistente en 46.044.703 personas, de las cuales un tercio vive en lo que se conoce como el Gran Buenos Aires (GBA). No se trata de una jurisdicción administrativa sino de un conjunto de ciudades compuesta por la ciudad de Buenos Aires y diferentes centros urbanos ubicados —se habla también de «mancha urbana»— a su alrededor hasta completar una extensión de 13.285 kms2.

En el GBA, la boleta encabezada por Sergio Massa obtuvo el 54,76% de los votos contra el 45,24% de Javier Milei. En la Provincia de Buenos Aires, el resultado electoral evidencia un empate técnico y en el resto del país se impuso Javier Milei. De lo antedicho surge que Javier Milei obtuvo más del 60% de los votos en siete Estados Provinciales: Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Neuquén, San Juan, San Luis y Santa Fe. Eso representa casi dos millones y medio de votos para Milei sobre los conseguidos por Massa. De manera que de los casi tres millones de votos que Milei obtuvo por encima de los que logró el ministro saliente Massa, dos millones y medio de los mismos provienen del interior de la Argentina[2].

Es una realidad que el triunfo de Javier Milei escapa a los paradigmas tradicionales de la política argentina y, por ende, resulta un emergente del todo paradojal. En Argentina siempre se comprobó que el candidato capaz de vencer con holgura en CABA, en el GBA y en la Provincia de Buenos Aires, se llevaba la presidencia. Pues bien, Javier Milei es el presidente electo beneficiado más por el interior enfadado de la Argentina que por esas megaciudades renombradas. Es un fenómeno político federal; del interior profundo del país. Al mismo tiempo, es importante reparar en los resultados electorales de esta elección presidencial en el marco de los cuarenta años de retorno democrático de Argentina. A tal fin, conviene repasar un poco el pasado y medir los mismos desde una perspectiva histórica.

Los resultados electorales en una perspectiva histórica

El gobierno del presidente Raúl Ricardo Alfonsín (1927-2009), electo en 1983 y perteneciente a la Unión Cívica Radical (UCR), triunfó con el 51,75% de los votos. El gobierno del presidente Carlos Saúl Menem (1930-2021), de raigambre peronista, electo por primera vez en 1989, ganó con el 47,49% de los sufragios; en su reelección de 1994, luego de impulsar la Reforma Constitucional, triunfó con el 49,94% de los votos. La coalición que llevó al radical Fernando De la Rúa (1937-2019) a la presidencia argentina en 1999, obtuvo el 48,37% de los votos. En 2003, la fórmula Menem-Romero declinó participar en la segunda vuelta electoral y Néstor Kirchner (1950-2010), peronista, llegó a la presidencia con tan solo el 22,25% de los votos correspondientes a la primera vuelta. En 2007, su mujer Cristina Fernández, también perteneciente al peronismo o justicialismo, obtuvo el 48,28% en su primer mandato; en 2011 fue reelecta con el 54,11% de los sufragios. En 2015 fue la primera elección presidencial argentina con segunda vuelta electoral y triunfó Mauricio Macri, fundador del espacio político PRO, hoy día parte de Juntos por el Cambio (JxC), con el 51,34% de los votos contra la fórmula oficialista de Scioli-Zannini que fue votada por el 48,66% del electorado. En 2019, Alberto Fernández, perteneciente al justicialismo, se impuso en primera vuelta electoral con el 48,24% de los votos contra el 40,28% que obtuvo la fórmula encabezada por Mauricio Macri.

Por ende, en el marco de los cuarenta años de retorno a la democracia en Argentina, Javier Milei es la persona que más votos ha obtenido por parte de la ciudadanía. Es también el segundo ciudadano en la historia de la democracia argentina que llega a la presidencia a partir de una segunda vuelta electoral. Por último, es el candidato a presidente que ganó con el diferencial más alto de balotaje en toda la región. Pero ¿qué se puede inferir de la elección presidencial que benefició a Javier Milei?

La voluntad de la mayoría del electorado argentino

El analista político Andrés Malamud afirmó en un programa de televisión que Javier Milei había logrado «entrar en los ranchos»[3]. Con esa expresión apuntó a dejar en claro que se trata de un acontecimiento electoral que abarca a los sectores sociales más postergados de la sociedad y que no solo lo han votado los sectores medios y altos. Si el voto federal de la Argentina del interior es la primera paradoja de este resultado, la segunda está caracterizada por la transversalidad de esta elección presidencial.

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La Argentina federal, la Argentina del interior, las regiones productivas del campo y de la industria y los sectores populares en conjunto con los sectores más acomodados han decidido un cambio de rumbo tajante y, por primera vez en la historia del país, se ha respaldado masivamente a un candidato sin estructura partidaria que se define como «liberal libertario». Allí radican las dos paradojas restantes. Javier Milei no procede de la partidocracia y su propuesta política y económica es la más radical dentro del arco liberal argentino e, incluso, de toda la región. Es sabido que el nuevo presidente no proviene de la política tradicional. Más bien proviene de los programas de debate televisivos que comenzó a recorrer en torno al año 2015. En vez de pasar de la militancia a los medios, de la puja política partidaria, de escalar posiciones típicas, primero en una elección municipal, luego parlamentaria, luego un cargo ejecutivo en alguna provincia hasta aspirar al ámbito nacional, Milei se saltó todos esos pasos, razón por la cual representa un fenómeno único en la política argentina. Si se tiene presente que asumió como diputado nacional en 2021, Javier Milei logró ser ungido por la confianza de la ciudadanía en tan solo dos años de lucha política. La paradoja, ciertamente, va adquiriendo múltiples facetas.

Con dos maestrías en economía, profesor universitario, asesor de grandes grupos empresarios, y un vasto currículum que incluye asistencia técnica al G20, Javier Milei no desempeñó nunca un cargo en la gestión de la administración pública. Solo fue electo, tal como ha sido dicho, diputado nacional en 2021. Su espacio político, «La Libertad Avanza» (LLA), se fue armando a su alrededor anclado en la ciudad de Buenos Aires e intentando colocar candidatos propios en la Provincia de Buenos Aires. Casi nadie previó el descomunal ascenso de su figura y, menos aún, que el pueblo argentino le iba a conceder semejante confianza. Los periodistas políticos se referían a él como un outsider. Como se dice habitualmente en Argentina, «no posee aparato político propio», su espacio es un espacio joven que recién se está estructurando, lo cual genera muchas dudas razonables. Se presenta como «liberal libertario» y define al liberalismo citando a su amigo liberal Alberto Benegas Lynch hijo: «el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad».

Ahora bien, es cierto que Milei no habría podido obtener semejante cantidad de votos sin el préstamo que le hicieron muchos de los votantes que en primera vuelta se pronunciaron a favor de Patricia Bullrich y Luis Petri, así como de quienes en primera vuelta votaron por el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, perteneciente a una versión propia del peronismo comprometida con el interior del país productivo, distante del modelo kirchnerista que ha gobernado la Argentina desde 2003 (con el breve paréntesis de la presidencia de Mauricio Macri durante el período 2015-2019). Desde luego que la contundencia del triunfo de Javier Milei representa el deseo expreso de una amplia mayoría de ciudadanos de cambiar definitivamente el rumbo político y económico del país, aunque ello implique necesariamente desalojar del poder al peronismo enrolado, de una u otra forma, en torno a la figura de la exvicepresidenta Cristina Fernández.

Así las cosas, Argentina está auténticamente ante una novedad paradojal. Un presidente electo que no tiene un espacio político propio suficientemente consolidado, que no posee gobernadores de LLA, que no tiene experiencia en la gestión del Estado. Ya se verá que la composición del Congreso tampoco lo favorece. Tendrá que realizar muchas alianzas con los que él mismo tachó como miembros de «la casta política». Y sin embargo, la gente lo votó. Para entenderlo hay que tratar algunos datos socioeconómicos de la Argentina actual.

Algunos datos socioeconómicos de la Argentina actual

No resulta lógico pensar que un proyecto político, luego de gobernar un país por el lapso de dieciséis años, quede exento totalmente de los desgastes inherentes a una tan prolongada gestión gubernamental. Ni siquiera resultó indemne Mauricio Macri, con tan solo cuatro años de gestión pública; él aprobó un endeudamiento con el FMI en 2018 que ascendió a un total de 57.000 millones de dólares[4]. Las razones políticas del triunfo de Milei son múltiples. Van desde los escándalos de corrupción previos a las elecciones que involucran a personajes, en apariencia de segundo orden, del ámbito de la anterior gestión, hasta la lucha interna prolongada y desgastante del espacio opositor de JxC. Pero, lo más importante está en la economía. Milei ganó porque fue capaz de conectar con el sufrimiento y la indignación de gran parte de la Argentina, un país atravesado por la desigualdad social, la inseguridad y una crisis severa en materia educativa. El PIB de Argentina, según datos del Banco Mundial, sufrió un fuerte declive desde 2018; en 2020 descendió de manera notable, a causa de las restricciones impuestas por el gobierno a raíz de la pandemia. En 2021 hubo una mejora y se ubicó en US$ 487.230 millones y en 2022 alcanzó cifras similares a 2017, US$ 632.770 millones[5].

Aunque en el país rigen varios tipos de cambio con respecto al dólar estadounidense, el cambio real ronda la paridad 1.200 pesos por dólar. Esta especie de candado cambiario diversificado en varios tipos de cambio no podrá quitarse sin antes brindar solución a problemas económicos y financieros más urgentes. Por otra parte, el gobierno de Milei ya estableció un tipo de cambio más cercano al real, lo cual redundará, obviamente, en una devaluación del peso y en un sinceramiento de precios.

El vuelco masivo del ahorro interno a la moneda estadounidense y la consecuente devaluación del peso ha sido una constante en la historia económica de Argentina. Fundamentado en esta realidad y para evitar la emisión monetaria espuria que genera inflación, el presidente Javier Milei ha propuesto en su campaña la controversial medida de dolarizar completamente la economía y cerrar el Banco Central.

El país tiene una inflación (medida a octubre 2023) del 8,3%. El índice de inflación interanual (medido a octubre 2023) fue del 142,7%. Las reservas internacionales medidas en millones de dólares estadounidenses ascendían al 21 de noviembre de 2023 a 21.631[6]. A fines de 2019 las reservas internacionales medidas en millones de dólares estadounidenses ascendían a 43.785[7].

En octubre del 2023 el déficit primario del Sector Público Nacional fue de 330.338 millones de pesos y el déficit financiero fue de 454.248,9 millones de pesos, por ende, el sector público argentino acumuló durante los diez primeros meses de 2023 un déficit de 2,9 billones de pesos[8], lo cual representa un 1,6% del PIB si se repara en el gasto primario y un 2,84% si se adicionan los intereses[9]. Hay un dato en el horizonte del pasado reciente. Según las previsiones del Banco Mundial, Argentina en 2023 decrecería dos puntos porcentuales del PIB[10].

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), durante el primer semestre de 2023 el índice de pobreza fue del 40,1% de la población y el de indigencia fue del 9,3%. Al tomar por edades, el porcentaje total de pobres para la franja de 15 a 29 años fue del 46,8%. Para la franja que va de 30 a 64 años, el porcentaje total de pobres fue del 35,4%. En la población mayor de 65 años, el porcentaje total de pobres fue del 13,2%[11].

Según el Informe Anual 2023 del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina, dado a conocer el 5 de diciembre de 2023, la pobreza en Argentina es del 44,7% y un 9,7% de indigencia. Esto significa que en la actualidad existen más de veinte millones de argentinos que no ven satisfechas las necesidades básicas de salarios, salud, educación y alimentación. Entre 2019 y 2023 la pobreza se incrementó en diez puntos porcentuales. Durante la pandemia se agravó. No ha habido inversión, ha caído el consumo y el empleo pleno. El desempleo alcanza el 8,8%. Si no hubiera planes sociales la pobreza superaría el 50%. Argentina tiene un 62% de pobreza infantil y adolescente. De ese segmento, el 40% corresponde a niños de 0 a 17 años cuyos padres son pobres; el 20% corresponde a niños de 0 a 17 años cuyas familias ingresaron en la pobreza en los últimos ocho años[12].

El gasto social se diversifica en una multiplicidad de programas. Según datos actualizados a la fecha, la mayoría están ejecutados; en total comprometen aproximadamente el 1,3% del PIB. Al final del gobierno de Mauricio Macri, el 43,8% de la población argentina estuvo beneficiada por algún tipo de plan social. En 2020, durante la pandemia mundial, ese porcentaje se elevó al 55%[13].

Según el Observatorio Argentino por la Educación, a fines de 2022, Argentina invertía el 5% de su PIB en educación. De este modo se ubicaba en el grupo C, junto con Arabia Saudita, México y Polonia. La mayoría de los países latinoamericanos se encuentran en este nivel de inversión. Mientras que países como Canadá, Corea del Sur y Dinamarca se destacan como los que poseen una mayor inversión y eficiencia en los resultados obtenidos. Según este informe, Argentina tenía un 1% de niños en edad de escolaridad primaria que no asistían a las escuelas; un 3% de niños en edad del primer ciclo de escolaridad secundaria que no asistían a los colegios; un 18% de ausentismo en niños con edad para el segundo ciclo de escolaridad secundaria. El Programa para la evaluación internacional de estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), a cargo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), dado a conocer el 5 de diciembre de 2023, arrojó como resultado que siete de cada diez estudiantes argentinos no alcanzan el nivel mínimo en matemática. En lectura y ciencia, cinco de cada diez estudiantes no alcanzan los niveles básicos[14].

En lo que atañe a la seguridad, la tasa de homicidios dolosos en 2022 fue de 4,2 cada 100 mil habitantes. En 2022, hubo 1.890 hechos registrados de homicidios con 1.961 víctimas fatales; 394.525 robos sin lesiones graves; 24.663 tentativas de robos no agravados; 186.367 delitos contra la propiedad[15].

Según The Institute for Economics & Peace, con sede en Australia, los delitos violentos son menos preocupantes en Argentina que en el resto de América Latina, en un relevamiento global publicado a mitad de 2023 en su 17º informe sobre los niveles de paz en 163 países, de los cuales Islandia y Dinamarca aparecen como los más pacíficos del mundo[16].

Discurso de asunción en las escalinatas del Congreso Argentino y primeras medidas

Después de cuarenta años de democracia ininterrumpida en Argentina, el 10 de diciembre de 2023, Javier Milei decidió pronunciar su discurso de asunción al estilo estadounidense, en las escalinatas del Congreso Argentino[17]. De cara a la legitimidad social y de espaldas a la debilidad institucional. Nunca había ocurrido algo así. Es parte de la originalidad paradojal del nuevo gobierno, porque los presidentes, luego de recibir los atributos del mando y de jurar, pronunciaban su discurso ante la Asamblea Legislativa. Milei decidió no hacerlo. Apenas asumido presidente dentro del recinto, saludó a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación junto a la vicepresidente Victoria Villarroel. Inmediatamente se dirigió a las escalinatas, frente a la plaza, donde pronunció el discurso. Fue un diagnóstico de la realidad argentina que duró media hora, en el que el significante omnipresente fue ajuste económico y política de shock, signado por una lógica de la epopeya retrospectiva y de la refundación del país.

Entre las frases, hubo dos citas. Una del expresidente argentino Julio Argentino Roca (período presidencial 1898-1904): «Será duro, pero como dijo Julio Argentino Roca: “nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo, cuando se trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”». La otra, fue una cita al economista liberal español Huerta de Soto: «Como dice el gran Jesús Huerta de Soto, los planes contra la pobreza generan más pobreza, la única manera de salir de la pobreza es con más libertad». Como síntesis de las intenciones del nuevo presidente, podemos encontrar esta frase: «Hoy comienza una nueva era en la Argentina. Hoy damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive, y comenzamos el camino de la reconstrucción de nuestro país. Los argentinos, de manera contundente, han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno»[18].

El primer Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por el presidente Milei, estableció la reducción de ministerios dependientes del Poder Ejecutivo a nueve (Capital Humano; Economía; Cancillería; Interior; Infraestructura; Justicia; Seguridad; Defensa y Salud). Asimismo, lo habilitó para realizar ajustes, racionalizar, fusionar y privatizar empresas estatales. Como primera medida administrativa, el día 11 de diciembre de 2023, el Banco Central decretó una especie de feriado cambiario en la práctica, al limitar bajo la estricta autorización de su directorio la adquisición de dólares estadounidenses al cambio oficial. El vocero presidencial Manuel Adorni, en conferencia de prensa brindada el 11 de diciembre de 2023, dio a conocer las decisiones tomadas durante la primera reunión de gabinete de ministros con el presidente Milei en la Casa Rosada. Lo esencial consistió en que cada ministerio comenzó una pormenorizada auditoría para inventariar los bienes, hacer un relevamiento de contratos y determinar la cantidad de empleados públicos en planta permanente y en planta transitoria.

Conclusiones y desafíos

Es evidente que el gasto público argentino está desordenado y requiere de una gestión eficiente de encuadramiento racional. Si al déficit fiscal se le suma que la economía subsidiada representa cerca del 3,6% del PIB y las exenciones impositivas cerca del 3% del PIB, la necesidad de arribar a un Plan consensuado de Reforma del Estado es imperativa. Pero el ajuste fiscal no puede realizarse dañando a los sectores sociales más desprotegidos. Javier Milei ha creado un gran Ministerio de Capital Humano como parte de esa Reforma del Estado y, por ahora, ha asegurado que el costo del ajuste no lo pagará la gente de a pie. De todos modos, los primeros meses serán turbulentos porque el sinceramiento del cuadro tarifario, en especial en materia energética, repercutirá en la cadena de precios y en el poder adquisitivo de la gente. Lo mismo cabe decir de una devaluación ocasionada por el achique de la brecha cambiaria con el dólar estadounidense.

Como lo explicó el presidente Milei en su discurso de asunción, su Administración enfrenta urgentes desafíos macroeconómicos, entre los cuales está el objetivo de bajar la inflación como el más prioritario. La suba constante de los precios afecta directamente a los sectores sociales vulnerables. El asunto de los pasivos remunerados del Banco Central es otra prioridad de índole financiera, así como la renegociación del acuerdo con el FMI[19]. Hay vencimientos de pago de intereses y un cronograma general por revisar en el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo.

Además, la sociedad argentina se ha inclinado por un programa político capaz de controlar la criminalidad y mejorar sensiblemente la educación. El gobierno de Milei tiene ese mandato y está por verse si será o no lo suficientemente hábil para concretarlo por etapas viables. El presidente habló en su discurso de asunción de la salud en Argentina. Dijo que había carencia de insumos y que los médicos estaban mal pagos. Es muy cierto que todo el sistema de salud se ve inmerso en la crisis inflacionaria general. Es de esperar que el gobierno nacional tome medidas en resguardo de las personas sin recursos y de los adultos mayores, al momento de evaluar las consecuencias de un sinceramiento tarifario y de un ajuste económico como nunca experimentó antes la Argentina.

En materia de seguridad, existe un serio problema de crimen organizado concentrado en el narcotráfico y sus dañinas ramificaciones. Aún no han logrado extenderse por todo el país, pero sí controlan importantes ciudades argentinas; la más visible es Rosario. Por la masa enorme de dinero que manejan y el poder de corrupción que ello implica, es imperativa una política de Estado de largo plazo que combata a estas mafias e impida su proliferación. Lo mismo vale decir acerca del trabajo esclavo y la trata ilegal de personas, entre otras actividades criminales.

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La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dado señales a Milei y a «La Libertad Avanza» (LLA) que una dolarización es inconstitucional. Por ende, el gobierno tendrá que repensar tanto las consecuencias económicas como jurídicas de una decisión de esa índole. Dado que el mandato popular también ha optado por el respeto a la división de poderes, es deseable que el Poder Ejecutivo no intervenga en los asuntos del Poder Judicial. La ciudadanía espera una Administración absolutamente respetuosa del orden constitucional y de los derechos y garantías establecidos por la Constitución Nacional.

El gobierno de Javier Milei tendrá que demostrar una considerable capacidad de negociación si en verdad desea llevar su programa a buen término. A esa capacidad se le une el gran desafío de la agenda que consiste en lograr bajar la inflación que afecta directamente a los sectores sociales más desfavorecidos. El objetivo de bajar la inflación será el termómetro del primer tiempo de su Administración.

La Cámara de Diputados de la Nación se compone de 257 diputados. La Cámara de Senadores de la Nación se compone de 72 senadores. En el Parlamento, el kirchnerismo tiene 108 diputados y 33 senadores. Juntos por el Cambio (JxC), la nomenclatura más reciente del espacio originalmente fundado por Mauricio Macri (el PRO), tiene 94 diputados y 21 senadores. Los libertarios de Javier Milei obtuvieron en las últimas elecciones 38 diputados y 7 senadores. El espacio del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y Florencio Randazzo, exministro kirchnerista, obtuvo 8 diputados nacionales en la primera vuelta electoral del pasado mes de octubre. Otras expresiones políticas sumarán en total 9 diputados y 11 senadores.

Para llevar adelante todas las importantes medidas de saneamiento económico que se propone, Javier Milei tendrá que negociar con los otros espacios políticos a fin de que las leyes resulten aprobadas por el Congreso. En este sentido, la alianza que logre concretar con JxC será fundamental para su gestión de gobierno. También serán de vital importancia las buenas relaciones que logre establecer con el peronismo no kirchnerista. Lo mismo cabe decir de su futura relación con los gobernadores, dado que JxC posee 10 gobernadores; la Provincia de Buenos Aires, a cargo del kirchnerista Axel Kicillof, será un gran desafío para el futuro gobierno de Milei. Es de esperar que sus equipos técnicos y él mismo se adapten inteligentemente a esta realidad para sumar una sana gobernabilidad a su gestión.

Se prevé una alta conflictividad social para el gobierno de Javier Milei. La eventual eliminación de las intermediaciones actuales en el manejo de los fondos correspondientes a algunos de los planes sociales; la racionalización y posterior privatización de empresas públicas; el congelamiento o ajuste en el presupuesto de las universidades estatales, sin duda serán parte de los primeros conflictos, algunos de los cuales deberán canalizarse principalmente a través de la discusión legislativa en ambas Cámaras del Congreso. Asimismo, el sindicalismo argentino organizado principalmente en la Confederación General del Trabajo (CGT), se ha puesto en estado de alerta. Se teme que resulten dañados los derechos laborales adquiridos.

Por ende, es deseable que el gobierno sea capaz de dialogar con todas las expresiones políticas y aunar esfuerzos en función del interés común. La política, como el arte de lo posible, es la busca del bien común por excelencia. Las grandes reformas demandan grandes acuerdos. Es imprescindible trabajar por la unidad nacional en una Argentina que, quizás como nunca en su historia, enfrenta una crisis gravísima. La voluntad de la mayoría del electorado argentino le ha cedido al gobierno legitimidad social. Pero eso no es un cheque en blanco, es un permiso social voluble. La aporía está en que esa legitimidad social se conjuga con una enorme debilidad institucional.

Es tiempo ya de pensar en la recuperación del país fuera de toda mezquindad. De lo que se trata es de sanar un tejido social en estado crítico. El llamado histórico para la Argentina es un llamado al diálogo fecundo y a la confianza puesta en el futuro. La gravedad de la crisis que embarga al país reclama de todos los que poseen responsabilidad política, una generosidad y una altura de miras acorde a este desafío de la época. Sería un error injustificable que algunos opten por pronunciar la debilidad institucional de la nueva Administración y horadar su gobernabilidad para preservar sus privilegios en el marco de un país con el 62% de pobreza infantil y adolescente. Ésa es la verdadera tragedia, la tragedia de una generación diezmada a la cual se le ha robado el futuro. También sería un error confundir el bien común con el interés privado y el pacto social como un mero acuerdo individualista.

Evitar la intolerancia frente al que piensa diferente, los desmanes callejeros que violen la ley o menoscaben las instituciones republicanas y – de manera muy especial –, la violencia política y la reversión de la historia, deben ser una prioridad fundamental de la dirigencia en todos sus estamentos, desde los movimientos sociales a los partidos políticos; desde los sindicatos a los círculos empresariales. Hay que dar con los puntos de encuentro y los diques de contención capaces de mitigar la división que aún sufre la sociedad argentina. Es verdad que las crisis trazan una frontera. A la vez que simbolizan el límite, marcan también el punto de partida de un renovado comienzo. Son una oportunidad para crecer. Argentina está lacerada por los desencuentros. Si hay algo que signa este tiempo histórico es la revalorización de la política en su más alta vocación de construir consensos perdurables a partir de una sana toma de consciencia sobre los grandes problemas que enfrenta el país.

  1. Cfr. Poder Judicial de la Nación Argentina, Justicia Nacional Electoral, Cámara Nacional Electoral, diciembre 2023 (https://www.electoral.gob.ar/nuevo/index.php)

  2. Cfr. Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), Instituto Universitario, Comparativa Balotaje 2015-2023 (https://cias.ar/)

  3. Sólo una vuelta más, emisión del 21 de noviembre de 2023, transmitido por Todo Noticias.

  4. Cfr. Auditoria General de la Nación (AGN), Informe especial del 17 de mayo de 2023 (https://www.agn.gob.ar/).

  5. Cfr. The World Bank, (https://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.MKTP.CD?locations=AR), diciembre 2023.

  6. Cfr. Banco Central de la República Argentina (BCRA), 24 de noviembre de 2023 (https://www.bcra.gob.ar/).

  7. Cfr. G. Martínez, «Las reservas del Banco Central, en el peor momento del gobierno de Alberto Fernández», en Perfil, 25 de junio de 2023. (https://www.perfil.com/noticias/politica/las-reservas-del-banco-central-en-el-peor-momento-del-gobierno-de-alberto-fernandez.phtml)

  8. Cfr. C. Lamiral, «En octubre hubo un deficit de $ 330.000 milliones y acumuló 1,6 del PBI en el año», en ámbito (www.ambito.com/economia/en-octubre-hubo-un-deficit-330000-millones-y-acumulo-16-del-pbi-el-ano-n5881317), 21 de noviembre de 2023.

  9. Cfr. la página oficial del Gobierno Argentino, noviembre 2023 (https://www.argentina.gob.ar/noticias/en-octubre-el-sector-publico-nacional-registro-un-deficit-primario-de-330338-millones).

  10. Cfr. A World Bank Group. Flagship Report, (June 2023), Global Economic Prospects, 73.

  11. Datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), noviembre 2023 (https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-4-46).

  12. Datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), Universidad Católica Argentina, diciembre 2023 (https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/720).

  13. Cfr. D. Cabot, «El país de los planes sociales: la mitad de los argentinos recibe al menos uno», en La Nación (www.lanacion.com.ar/economia/el-pais-planes-sociales-mitad-argentinos-recibe-nid2573856/?gad_source=1), 21 de enero de 2021.

  14. Cfr. L. Marin, «Pruebas PISA: casi el 73% de los estudiantes secundarios no alcanzan un nivel mínimo en matemática», en La Nación (www.lanacion.com.ar/sociedad/pruebas-pisa-aun-casi-el-73-de-los-estudiantes-secundarios-no-alcanzan-un-nivel-minimo-en-matematica-nid05122023), 5 de diciembre de 2023.

  15. Cfr. Ministerio de Seguridad, Estadísticas criminales de la República Argentina, 2022 (https://www.argentina.gob.ar/seguridad/estadisticascriminales).

  16. Cfr. Institute for Economics and Peace, Global Peace Index 2023 (https://www.economicsandpeace.org/).

  17. Cfr. «Discurso completo de Javier Milei como presidente de la Argentina el día de su asunción», en La Nación (www.youtube.com/watch?v=jySRdtIemLU).

  18. «Discurso del presidente Javier Milei en su asunción», 10 de diciembre de 2023 (http://www3.hcdn.gob.ar/dependencias/prensa/archivos/discursoasuncionmilei.pdf).

  19. El día 7 de diciembre de 2023 la directora de comunicaciones del FMI, Julie Kozack, dio a conocer un comunicado cuyo destinatario es el gobierno de Milei; también realizó algunas declaraciones a la prensa. Entre otras cosas, dijo: «Es necesario un plan de estabilización fuerte, creíble y apoyado políticamente para encarar de forma duradera los desbalances macroeconómicos y los desafíos estructurales de Argentina, y a la vez protegiendo a los más vulnerables (…). La baja de la inflación requiere de un Banco Central fuerte y creíble». (R. Mathus Ruiz, «El FMI insistió en que el programa económico de Milei tenga respaldo político», en La Nación [https://www.lanacion.com.ar/economia/el-fondo-insistio-en-que-el-programa-economico-de-milei-tenga-respaldo-politico-nid07122023/], 7 de diciembre de 2023).

Eduardo D. Alonso
Sacerdote de la Compañía de Jesús, Máster en Teología y Profesor de Teología Fundamental en la Universidad Católica de Córdoba. Es miembro de la Asociación Latinoamericana de Literatura y Teología (ALALITE).

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