ECONOMÍA

¿Para qué sirve hoy el «Foro Económico Mundial»?

Davos 2024

© iStock

La semana del 15 al 19 de enero de 2024, tuvo lugar en Davos la reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM), evento que se reanuda cada año y en el que se dan cita destacados líderes empresariales, políticos y académicos de todo el mundo, para tratar los desafíos globales más apremiantes y promover la colaboración internacional.

En un momento de creciente fragmentación y polarización, las más de 400 sesiones y seminarios realizados en la localidad alpina, permitieron a cerca de 3.000 participantes asistir a las presentaciones y debates organizados. Las sesiones plenarias brindaron la ocasión de escuchar en vivo a jefes de Estado, de gobierno y ministros (asistieron más de 50 y 300 respectivamente), presidentes de organismos multilaterales y otros líderes políticos, así como a premios Nobel, artistas famosos, científicos y empresarios innovadores.

Las citas anuales en los Alpes suizos han sido algunas veces ocasión para lograr acuerdos trascendentales. En la de 1989, se acogió las conversaciones sobre la reunificación alemana entre el canciller alemán Helmut Kohl y los líderes de Alemania Oriental. En 1992, Frederik de Klerk y Nelson Mandela compartieron escenario, en su primera aparición conjunta fuera de Sudáfrica. Más aún, en 1995, el acuerdo sobre Gaza y Jericó entre Shimon Peres y Yasser Arafat, firmado a la vista de los participantes y rubricado con un abrazo provocó un aplauso atronador de la asamblea. Sin embargo, en los últimos años, Davos es más conocido como el lugar que evidencia los conflictos. En 2009, el líder de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, abandonó el escenario tras una feroz discusión con el presidente de Israel, Shimon Peres, sobre Gaza.

¿Qué se puede esperar de estas asambleas anuales?

Al no tener carácter institucional, los encuentros en Davos podrían pasar más o menos desapercibidos. No se emiten decretos vinculantes al cabo de sus deliberaciones, si bien surgen algunos acuerdos de voluntades como los aludidos. Sin embargo, sí que se redactan escrupulosamente resúmenes públicos de todas y cada uno de las sesiones que quedan a libre disposición en la web oficial[1].

Davos está financiado por alrededor de 1.000 de las empresas más grandes del mundo. Estas pagan elevadas cuotas de suscripción para ser miembros del FEM. Allí acuden los que han sido invitados y pagan un auténtico dineral por participar en la conferencia anual. En 2011, el New York Times estimó el precio de asistir a la conferencia anual del FEM en 71.000 dólares, excluyendo los gastos de hotel y viaje[2]. Recibir una invitación es una señal de poseer una relevancia reconocida.

El politólogo Samuel Huntington acuñó el apelativo Davos Man para indicar el denominador común de los miembros de esta élite. En su definición, se resume al ciudadano global, una estirpe con escasa lealtad nacional, un grupo que ve complacido la desaparición de las fronteras y considera a los gobiernos nacionales como vestigios del pasado[3]. No cabe duda de que la corporación transnacional carece de patria, máxime en esta era de la globalización que este selectísimo grupo refleja y promueve.

Davos es mucho más que una conferencia de cuatro días en una estación de esquí suiza; para los participantes es, ante todo, una ocasión única para establecer una red de contactos, todo un festival del networking.

Pretendemos en lo que sigue poner de relieve la finalidad del FEM, su razón de ser; y recoger sucintamente lo más significativo acaecido en el último encuentro, en Davos 2024.

¿Cuál es la finalidad última del FEM?

El FEM fue fundado en 1971 por el profesor de economía suizo Klaus M. Schwab. Aboga por un mundo globalizado y, además de realizar asambleas con una gran capacidad de convocatoria y acoger cumbres mundiales, produce una serie de informes de investigación con un claro enfoque de futuro, para poder encarar los desafíos y oportunidades que nos acechan. Además, con sus grupos de trabajo, conferencias regionales, e iniciativas, el FEM pretende ser un actor global que pueda contribuir a resolver los complejos retos que afronta nuestro mundo hoy.

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Tal como lo recoge en la formulación de su misión[4] y en toda una serie de documentos que la concretan, el FEM apoya un mundo globalizado en un nuevo sistema de gobernanza mundial. En este sistema se insta a que a las grandes empresas se les conceda el mismo estatus que a los Estados-nación y, además, se invita a algunos representantes escogidos de la sociedad civil. En su informe Global Redesign[5] se sugiere crear unas Naciones Unidas público-privadas, en la que organismos seleccionados operen y dirijan las agendas globales bajo sistemas de gobernanza compartidos. Afirma que la mejor manera de gestionar un mundo globalizado es mediante una coalición de empresas multinacionales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil. Este nuevo sistema de gobernanza global – un sistema de «múltiples partes interesadas» – se inspiraría en la propia experiencia del Foro, para armonizar y equilibrar lo mejor de muchos tipos de organizaciones, sean públicas o privadas, organismos internacionales e instituciones académicas.

Este plan logró comenzar a hacerse una realidad con el acuerdo que el FEM firmó con la ONU en Nueva York, en junio de 2019[6]. Se trata de un Marco de Asociación Estratégica que describe áreas de cooperación para profundizar el compromiso institucional y acelerar conjuntamente la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible[7]. En virtud del acuerdo, las dos instituciones se comprometen a adoptar unos niveles sin precedentes de cooperación y coordinación en la financiación de la Agenda 2030, el cambio climático, la salud, el empoderamiento de la mujer, la educación y la cooperación digital.

De entrada, este acuerdo se presenta como algo beneficioso ya que se trata de ayudar a enfrentar los retos críticos de nuestros días. Pero el memorándum no trata solo sobre la cooperación, sino que también establece un hogar institucional para las grandes empresas multinacionales en la ONU. Esto es algo único, ya que no existe ningún espacio parecido dentro de ese sistema para la sociedad civil, la academia, el sector confesional o la juventud.

Las reacciones no se hicieron esperar. En septiembre de 2019, más de 400 organizaciones de la sociedad civil y 40 redes internacionales criticaron duramente este acuerdo y, mediante una carta abierta, pidieron al Secretario General de la ONU, António Guterres, que le pusiera fin[8]. Argumentaron que el desarrollo del acuerdo deslegitimaría a las Naciones Unidas y proporcionaría a las empresas multinacionales un acceso preferencial al sistema de la ONU. En efecto, los líderes corporativos se convertirían en asesores de los jefes de los departamentos del sistema de las Naciones Unidas, lo que les permitiría abogar por soluciones con fines de lucro basadas en el mercado a los problemas mundiales, con el peligro de relegar el interés público y los procedimientos democráticos transparentes a un segundo plano.

La carta sostenía que el objetivo es debilitar el papel de los Estados en la toma de decisiones a nivel mundial y fortalecer el papel de un nuevo conjunto de «partes interesadas» (stakeholders), convirtiendo nuestro sistema multilateral en un sistema de multistakeholder, en el que las empresas son parte de los mecanismos de gobierno. Además, de este modo se descartan preocupaciones críticas en torno a los conflictos de intereses, la rendición de cuentas y la democracia.

Las reacciones más duras recalcaron el hecho de que el FEM padece una crisis de reputación. Son muchas las voces que acusan a sus socios multimillonarios de causar las crisis globales que aspiran a solventar, y por ello entienden que con el logro de este acuerdo han conseguido la legitimidad pública que anhelan[9].

Agenda de la Reunión Anual 2024

La convocatoria para la 54ª Reunión Anual del FEM de enero pasado se cursó en un clima de tensión, en un panorama global que devenía cada vez más complicado. Este hecho, absolutamente evidente, fue recogido en el Informe Global de riesgos 2024 – Un panorama global en deterioro – elaborado por el equipo de Pensamiento Estratégico del Foro[10]. Este dice que, en una encuesta realizada recientemente, la mayoría de los encuestados pronosticaron un panorama mayoritariamente negativo para el mundo en los próximos dos años y que temían un empeoramiento en la próxima década.

El informe se centra en cuatro fuerzas motrices: el cambio climático; el cambio en estructura de las poblaciones en todo el mundo; el desarrollo de tecnologías de frontera; y los cambios geopolíticos.

Se identifica el clima extremo como la amenaza principal, capaz de desencadenar una crisis global que puede dejar a algunos países en situaciones muy precarias. Se advierte que, dado que cerca de tres mil millones de personas acudirán a las urnas electorales durante los próximos dos años[11], el uso generalizado de información errónea y desinformación pueden determinar los resultados electorales afectando a su legitimidad. Se prevé una recesión económica que pondrá en dificultades a las personas y los países de ingresos bajos. Por ello, el informe alerta de una creciente polarización social, y se teme que los países y comunidades vulnerables quedarán aún más atrás, digitalmente aislados de los avances acelerados de la inteligencia artificial (IA), que impactarían la productividad económica y la creación de empleos.

En síntesis, este informe determinó la agenda de la Asamblea del Foro este año[12]. A los invitados, en el panorama de La montaña mágica de Thomas Mann y bien protegidos del frío exterior, no se les podía haber ofrecido una agenda diferente: las tensiones geopolíticas, la gran transformación inducida por la IA, la polarización de las democracias y las transiciones climática y digital. El título elegido: Reconstruir la confianza en medio de la incertidumbre.

El pulso entre las potencias mundiales evidenciado

Altos representantes de Washington (el secretario de Estado, Anthony Blinken), de Bruselas (la presidente de la Comisión europea, Ursula von der Leyen) y de Pekín (el primer ministro chino, Li Qiang) acudieron a la cita de Davos. No podían eludir su presencia en una platea tan privilegiada y con tal resonancia, en la que confluyeron líderes mundiales de la economía, de opinión y de la tecnología, como Sam Altman de Open AI, Satya Nadella de Microsoft, Arvind Krishna de IBM y Pat Gelsinger de Intel.

En la jornada inaugural del FEM se reflejaron en toda su crudeza los riesgos globales que entrañan las guerras actuales en Ucrania y en Gaza, y el gran pulso entre las potencias que lo impregna casi todo, de la fabricación de los microchips al comercio internacional, del aprovisionamiento de materias primas a la carrera por la IA y la computación cuántica.

Punto de vista de la República Popular China (RPC)

La primera intervención, en la jornada inaugural del Foro, correspondió al primer ministro chino Li Quiang[13]. Articuló su discurso a partir del tema propuesto para la reunión: Reconstruir la confianza. Afirmó que «reconstruir» implica reconocer que la confianza antes prevaleció, y que fue gracias a ella que se dio el enorme progreso que posibilitó la globalización económica en las últimas décadas; que la base de la confianza se ha visto erosionada, agravándose los riesgos para el crecimiento global y el desarrollo pacífico; y que reconstruir la confianza es esencial para superar las dificultades actuales y poder crear un futuro mejor. Sentenció que es esencial que descartemos los prejuicios, superemos las diferencias y trabajemos juntos para abordar el déficit de confianza. Para ello abogó por el fortalecimiento de la cooperación internacional en aspectos como la política macroeconómica, la especialización industrial, la ciencia, el desarrollo verde y los vínculos Norte-Sur y Sur-Sur.

De acuerdo a Li Quiang, la economía china está logrando avances constantes y seguirá brindando un fuerte impulso a la economía mundial. Aunque sin nombrar a los Estados Unidos, les reprochó las medidas restrictivas del comercio que Washington promueve y su renuencia a abrir paso a una reforma del orden mundial que fije reglas compartidas y aceptadas en un mundo con equilibrios muy diferentes respecto del que surgió en la posguerra. En respuesta a una pregunta en la sesión plenaria, afirmó que debíamos apostar por el multilateralismo, la única dirección adecuada, pero consideró que hay que pactar las reglas comerciales y quién las establece. Si las reglas las definen solo algunos países, entonces, según Li, tendremos que poner comillas a la palabra multilateralismo. Este debe fundamentarse en reglas reconocidas por toda la comunidad.

Con su triple propuesta de rechazar el proteccionismo, de mantener la fluidez de las cadenas de suministro y de confiar en la especialización productiva, Li expresó su deseo de volver a la situación previa al agravamiento de las tensiones con EEUU, a la globalización en la que el gigante asiático encontró y aprovechó la oportunidad para crecer de una forma espectacular, única en la historia económica.

Posición de los EEUU

Antony Blinken, presente en el Foro, no pronunció ningún discurso. Aprovechó la ocasión para mantener reuniones bilaterales. No dejó de ser significativo que fuera el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, quien expresara en su declaración la postura de la Administración Biden[14], previamente explicitada en su intervención en la Brookings Intitution[15].

Partió de la constatación de que los EEUU están compitiendo con China en múltiples dimensiones, pero no buscan la confrontación ni el conflicto, ya que vienen intensificando los esfuerzos diplomáticos para no cometer errores de cálculo. Recalcó que han revitalizado la propia base industrial y de innovación con legislación histórica, mientras buscan abordar las prácticas económicas injustas de Pekín. Aclaró que «nuestros competidores estratégicos no deberían poder explotar las tecnologías estadounidenses para socavar nuestra seguridad nacional o la de nuestros aliados y socios»; dejar que esto ocurra sería un suicidio.

Estas medidas adoptadas no son un bloqueo tecnológico. No buscan, ni de hecho restringen, un comercio y una inversión más amplios. Su objetivo es garantizar que la próxima generación de tecnologías funcione a favor, no en contra, de la seguridad y democracia estadounidense. Así están las cosas, así se siente en Washington, tanto en las filas demócratas como republicanas: no se puede confiar en China.

Intervención de la presidente de la Comisión europea

Úrsula von der Leyden comenzó aludiendo al Informe sobre riesgos globales 2024. Lo calificó como sorprendente y aleccionador[16]. Para ella, la triste realidad es que los países estamos compitiendo intensamente. Esto hace que el tema de la reunión de Davos de este año sea sumamente relevante. Reconstruir la confianza. Este no es un momento para conflictos o polarización. Este es un momento para generar confianza.

Aludió a Rusia considerando su fracaso económico: las sanciones han desacoplado su economía de la tecnología y la innovación modernas, y ahora depende de China. Recalcó que dos años después de su invasión a Ucrania, Europa ha vuelto a tomar en sus propias manos su destino energético, y que el año pasado, por primera vez, produjo más electricidad a partir del sol y el viento que del gas. No dudó en afirmar que la competitividad futura depende de la adopción de la IA , y que Europa debe mostrar el camino hacia su uso responsable. Un modo que potencie las capacidades humanas, mejore la productividad y sirva a la sociedad.

Recordó que fue en Davos donde acuñó el concepto de «reducción de riesgos», en oposición al de «desacoplamiento», y que era muy importante no desvincularse de China. Esto no es ni razonable ni factible. Ella es sin lugar a dudas uno de nuestros socios comerciales más importantes. Pero necesitamos reducir el riesgo en algunas áreas, y un tema crucial es el de la excesiva dependencia en las cadenas de suministro. Aquí tenemos que gestionar nuestros riesgos y tenemos que reducirlos. Los controles actuales de Pekín a la exportación de germanio, galio y grafito de ahora no generan confianza. Von der Leyen concluyó con la constatación de que en los últimos 10 a 15 años, China ha reducido sistemáticamente su excesiva dependencia del mundo, pero la de Europa respecto a ella ha aumentado.

Estas tres intervenciones, tan claras y rotundas, fueron la antesala de la intervención del Secretario General de la ONU.

Alocución de António Guterres

En su discurso advirtió de entrada sobre las amenazas existenciales que plantean el caos climático descontrolado y el desarrollo desenfrenado de la IA sin barreras de seguridad[17]. Esta tecnología tiene un enorme potencial para el desarrollo sostenible, pero las poderosas empresas tecnológicas ya están buscando ganancias con un desprecio imprudente por los derechos humanos, la privacidad personal y el impacto social.

Calificó la eliminación gradual de los combustibles fósiles como esencial e inevitable y afirmó que debemos actuar ahora para garantizar una transición justa y equitativa hacia la energía renovable. Expresó que reconstruir la confianza requiere profundas reformas de la gobernanza global para gestionar las tensiones geopolíticas durante una nueva era de multipolaridad. En el contexto de una creciente complejidad, hay que apostar por un multilateralismo reformado e inclusivo. Consideró que la gran tarea es construir un nuevo orden global multipolar con nuevas oportunidades de liderazgo, equilibrio y justicia en las relaciones internacionales. Cuando las normas globales colapsan, también colapsa la confianza.

Lamentó que, desde la invasión rusa de Ucrania hasta Sudán y, más recientemente, el conflicto de Gaza, las partes en conflicto estén ignorando el derecho internacional, al pisotear los Convenios de Ginebra e incluso al violar la Carta de las Naciones Unidas. Las divisiones geopolíticas son un factor de riesgo importante que afecta nuestra tambaleante economía global. La inestabilidad política se suma a la inseguridad económica. Mientras tanto, la desigualdad y la injusticia están alcanzando niveles obscenos: un grave obstáculo para el desarrollo sostenible.

Guterres recordó que el Fondo Monetario Internacional acababa de advertir que es muy probable que empeore la desigualdad y que según el Banco Mundial nos dirigimos hacia el peor lustro de crecimiento en 30 años.

En síntesis, para el Secretario de la ONU, el Rebuilding Trust es una tarea prioritaria. Se requieren reformas profundas de la gobernanza global para gestionar las tensiones geopolíticas durante una nueva era de multipolaridad. Es esencial recuperar la confianza mutua para construir un mundo más seguro, más estable y más próspero.

La IA en la agenda de Davos 2024

La IA captó el interés en el encuentro de Davos desde el primer momento hasta la conclusión. En el programa oficial era el tema omnipresente. Se ha desencadenado una fuerza transformadora de colosal impacto que comporta riesgos imposibles de medir. Todo parece indicar que representa uno de los saltos más revolucionarios dados por la humanidad.

Junto a la promesa de facilitar considerables ganancias en la productividad se prevé que provoque una convulsión en el mercado laboral. Muchos empleos pasarán a la historia, y los nuevos que se generen no necesariamente aparecerán al mismo tiempo ni serán para las mismas personas. El Fondo Monetario Internacional, en un informe hecho público un poco antes de iniciarse el foro, indicaba que en las economías más desarrolladas un 60% de los puestos de trabajo se verían afectados, de estos la mitad negativamente[18].

No sabemos a dónde nos llevara esta revolución en ciernes. El propio Sam Altman, consejero delegado de OpenAI, creadora del ChatGPT, lo reconoció en una sesión pública[19]. Afirmó que esta tecnología es muy potente y no podemos decir con certeza qué ocurrirá. Pasa con todas las grandes revoluciones tecnológicas, pero con esta es fácil imaginar los enormes efectos que tendrá en el mundo. Corremos el riesgo de que salga mal. Altman afirmó que, en su empresa, se empuja hacia una dirección tecnológica que considera segura, pero dijo simpatizar con las preocupaciones suscitadas.

Los asistentes al foro, en discursos en paneles y pasillo, además de considerar la dimensión económica, evaluaron la dimensión regulatoria (dilucidar si privilegiar la protección o la innovación), la geopolítica (ya que será clave para lograr poder económico y militar) y la científica (por abrirse fronteras impensables para la humanidad).

Un tema inevitable: La transición verde

Cada año el FEM lo incluye en la agenda con una programación notable. El Informe de Riesgos Globales 2024 del foro alertó de la trascendencia de la situación de nuestro ambiente y los riesgos que comporta: los eventos climáticos extremos, los cambios críticos en los sistemas de la Tierra, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas principalmente.

En este reto central de nuestra época se entrelazan diversas problemáticas. La cuestión clave – detener el cambio climático – trae consigo aspectos tan relevantes como la pugna por hacerse con las tecnologías del futuro, y esto se refleja en medidas proteccionistas. Además, sabemos que la promesa de cero emisiones netas en energía, transporte, agricultura, vivienda e infraestructura no se cumplirá si no se tiene en cuenta el impacto social en el empleo, el acceso y la asequibilidad económica. Una preocupación que se compartió en el Foro es que la vida verde no está al alcance de todos los bolsillos, y que el proceso de transición puede aumentar las desigualdades. No lograr hacer una transición justa puede desencadenar un fenómeno de crispación social. Se requieren políticas públicas para que nadie se quede atrás. John Kerry, enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima, se unió a los panelistas para discutir las estrategias que los líderes pueden implementar para hacer que la transición sea rápida y responsable[20].

Intervención de Javier Milei

El nuevo presidente argentino era quizá el invitado más esperado en Davos. Llegaba de un país acosado por una inflación galopante e intervino explicitando su opción de vuelta radical al mercado, única receta capaz de solucionar tal enfermedad[21]. No hacerlo, en su opinión, conduce al socialismo y, en consecuencia, a la pobreza. Expuso con total rotundidad su revolución libertaria.

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Como se aprecia, en este contexto de cambio e incertidumbre, la discusión política se volvió a centrar en dilucidar qué peso debe atribuirse al sector público. Enmanuel Macron, de adscripción liberal, abogó por un gran programa inversor europeo en tecnología digital, verde y de defensa. Sugirió una nueva emisión de deuda pública europea y una mayor integración en la UE.

El ministro alemán de Hacienda, Christian Lindner, más liberal que el presidente francés, sostuvo que ya existe mucha deuda acumulada y que la clave es estimular la competitividad de los mercados.

Consideraciones finales

A los encuentros en Davos no le faltan detractores. Estos no solo ponen de relieve aspectos como su elevadísimo coste, su accesibilidad tan controlada, y sus niveles de representatividad, transparencia y efectividad. Su principal acusación contra la asamblea del FEM es que es poco más que una tertulia donde los poderes fácticos del mundo disfrutan del consenso ya obtenido, y que Davos genera pensamiento de grupo. Esto no debe extrañar, dado que el FEM alienta la globalización, y este fenómeno cuenta con opositores y entraña dificultades que sus mismos partidarios admiten en mayor o menor grado. En lo que están de acuerdo es en que la globalización, aunque en la actualidad no pase por sus mejores horas, ha transformado el planeta, ha sacado a millones de personas de la pobreza y, aun siendo perfectible, describe un sistema de intercambio que hasta ahora no ha encontrado un sustituto mejor. En el centro de misión del FEM está la creencia en el poder del ingenio, el espíritu empresarial, la innovación y la cooperación humana. En 2008, Bill Gates brindó el discurso de apertura sobre el «capitalismo creativo»: el tipo de capitalismo que funciona para generar ganancias y resolver las injusticias del mundo, utilizando las fuerzas del mercado para tratar de mejor manera las necesidades de los pobres[22].

No todos los que asisten a los encuentros anuales del Foro prestan con facilidad sus oídos a los que, tras haber conocido y sufrido los excesos de la globalización, expresan sus temores y sus esperanzas de lograr gobernarla[23]. Mejorar la situación del planeta es un problema complejo y multifacético que desborda las posibilidades de una fundación privada. Ahora bien, indiscutiblemente, Davos constituye una gran fábrica de ideas, esta es su singularidad, y su valor.

La visión común compartida la reflejó un asistente de gran talla, Larry Summers[24], cuando al concluir el encuentro afirmó: «La gran lección de la historia es que no existe un motor de progreso comparable a la combinación de ciencia, tecnología y mercados. Aunque deben gestionarse adecuadamente»[25]. Estas últimas palabras constituyen la clave.

El papa Francisco, en su Mensaje al FEM 2024, expresó que esta adecuada gestión es pretender, ante todo y sobre todo, el bien común universal. Citamos a modo de conclusión: «El proceso de globalización, que ya ha demostrado claramente la interdependencia de las naciones y los pueblos del mundo, tiene por tanto una dimensión fundamentalmente moral, que debe hacerse sentir en los debates económicos, culturales, políticos y religiosos que pretenden configurar el futuro de la comunidad internacional. En un mundo cada vez más amenazado por la violencia, la agresión y la fragmentación, es esencial que los Estados y las empresas se unan para promover modelos de globalización con visión de futuro y éticamente sólidos, que por su propia naturaleza deben implicar la subordinación de la búsqueda del poder y el beneficio individual, ya sea político o económico, al bien común de nuestra familia humana, dando prioridad a los pobres, los necesitados y los que se encuentran en situaciones más vulnerables»[26].

Se espera que las palabras del Papa Francisco sean escuchadas por los jefes de las naciones, las organizaciones multilaterales y las empresas internacionales. Como siempre, el Pontífice, en la línea de la doctrina social de la Iglesia, no entra en detalles técnicos, pero hace hincapié en la solidaridad internacional, el bien común y la preocupación por los más pobres y vulnerables.

  1. Cf. https://www.weforum.org/

  2. Cf. A. Ross Sorkin, «A Hefty Price for Entry to Davos», en The New York Times (https://archive.nytimes.com/dealbook.nytimes.com/2011/01/24/a-hefty-price-for-entry-to-davos/), 24 de enero de 2011.

  3. Cf. S. P. Huntington, «Dead Souls: The Denationalization of the American Elite», en The National Interest, n. 75, 2004, 5-18 (www.jstor.org/stable/42897520).

  4. Cf. WEF, Our Mission (https://es.weforum.org/about/world-economic-forum/)

  5. Cf. Id., Report of the Global Redesign Initiative, 2010 (www.weforum.org/docs/WEF_GRI_EverybodysBusiness_Report_2010.pdf).

  6. Cf. World Economic Forum and UN Sign Strategic Partnership Framework, 13 de junio de 2019 (www.weforum.org/press/2019/06/world-economic-forum-and-un-sign-strategic-partnership).

  7. Cf. The United Nations – World Economic Forum. Strategic Partnership Framework for the 2030 Agenda (www.weforum.ent.box.com/s/rdlgipawkjxi2vdaidw8npbtyach2qbt).

  8. Cf. www.cognitoforms.com

  9. Cf. H. Gleckman, «Las Naciones Unidas firman un acuerdo con el Foro Económico Mundial que amenaza los principios democráticos», Transnational Institute, 30 de octubre de 2019 (www.tni.org/es/artículo/las-naciones-unidas-firman-un-acuerdo-con-el-foro-economico-mundial-que-amenaza-los).

  10. Cf. Global Risks Report 2024 (www.weforum.org/publications/global-risks-report-2024/digest).

  11. En Bangladesh, India, Indonesia, México, Pakistán, el Reino Unido, los Estados Unidos y también la Unión Europea.

  12. Cf. Over 50 heads of state and government attended Davos 2024. Here’s what they had to say, 14 de enero de 2024 (www.weforum.org/agenda/2024/01/heads-of-state-davos-2024-wef-politics).

  13. Cf. Davos 2024: Special Address by H.E. Li Qiang, Premier of the State Council of the People’s Republic of China (www.weforum.org/agenda/2024/01/li-qiang-china-special-address-davos-2024).

  14. Cf. Remarks and Q&A by National Security Advisor Jake Sullivan at the 2024 World Economic Forum. Davos, Switzerland (www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2024/01/16/remarks-and-qa-by-national-security-advisor-jake-sullivan-at-the-2024-world-economic-forum-davos-switzerland).

  15. Cf. The White House, Remarks by National Security Advisor Jake Sullivan on Renewing American Economic Leadership at the Brookings Institution, 27 de abril de 2023 (www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/2023/04/27/remarks-by-national-security-advisor-jake-sullivan-on-renewing-american-economic-leadership-at-the-brookings-institution).

  16. Cf. Ursula von der Leyen’s speech to Davos in full (www.weforum.org/agenda/2024/01/ursula-von-der-leyen-full-speech-davos).

  17. Cf. Davos 2024: Special Address by António Guterres, Secretary-General of the United Nations (www.weforum.org/agenda/2024/01/davos-2024-special-address-by-antonio-guterres-secretary-general-of-the-united-nations).

  18. Cf. K. Georgieva, «AI Will Transform the Global Economy. Let’s Make Sure It Benefits Humanity», en Imf Blog (www.imf.org/en/Blogs/Articles/2024/01/14/ai-will-transform-the-global-economy-lets-make-sure-it-benefits-humanity), 14 de enero de 2024.

  19. Cf. Davos 2024: Sam Altman on the future of AI (www.weforum.org/agenda/2024/01/davos-2024-sam-altman-on-the-future-of-ai).

  20. Cf. Climate, nature and energy at Davos 2024: What to know (www.weforum.org/agenda/2024/01/everything-you-need-to-know-about-climate-and-nature-at-davos-2024).

  21. Cf. Davos AM24. Special address by Javier Milei, President of Argentina (www.weforum.org/events/world-economic-forum-annual-meeting-2024/sessions/special-address-by-javier-milei-president-of-argentina).

  22. Cf. 2008 World Economic Forum. Prepared remarks by Bill Gates (www.gatesfoundation.org/ideas/speeches/2008/01/bill-gates-2008-world-economic-forum).

  23. Cf. M. Magnani, Il grande scollamento. Timori e speranze dopo gli eccessi della globalizzazione, Milán, Bocconi University Press, 2024.

  24. Economista estadounidense, nieto de Paul Samuelson y Kenneth Arrow, ambos premios Nobel de Economía. Secretario del Tesoro de EE.UU. de 1999 a 2001, rector de la Universidad de Harvard de 2001 a 2006. En noviembre de 2023, Summers entró a formar parte del Consejo de Administración de OpenAI, empresa y laboratorio de investigación de inteligencia artificial general.

  25. M. Nolte, «¿Davos, redivivo?», en Prensa Deusto (https://blogs.deusto.es/viviendodeusto/2023/01/23/manfred-nolte-davos-redivivo/), 23 de enero de 2023.

  26. Francisco, Mensaje al World Economic Forum 2024, 15-19 de enero de 2024, https://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/pont-messages/2024/documents/20240115-messaggio-world-economic-forum.html

Fernando de la Iglesia Viguiristi
Licenciado en Ciencias Económicas y Gestión de Empresa en la Universidad de Deusto (1976), en Teología moral en la Pontificia Universidad Gregoriana (1987) y, desde 1993, doctor en Teoría Económica de la Universidad de Georgetown (Washington, D.C). Ha sido presidente de la International Association of Jesuit Business Schools. Actualmente es profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Gregoriana.

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